La buscarla pintoja es semejante al Carricerín Común, pero con una lista superciliar difusa. Esta buscarla tiene el mismo modo de vida que la fluvial, oculta y misteriosa, por lo que se hace bastante dificultoso poder observarla. Buenos observadores, de estas aves, debido a sus practicas pueden distinguir la voz del macho de la buscarla pintoja de la buscarla fluvial.
Con trece centímetros de longitud; partes superiores listadas de oscuro y moteadas, y partes inferiores grises, en ocasiones también amarillentas, no listadas.
Casi siempre está a nivel del suelo en los prados silvestres o entre la vegetación baja, dejándose ver sólo en las horas matinales y al atardecer.
Habitan en las praderas algo húmedas, claros reverdecidos; pantanos con vegetación; a veces en los campos de cereales y tréboles. No es un ave rara, pero revuelve en el suelo, debajo de la capa de hierba del año anterior, junto a los ratones. No suele huir volando del hombre que se le acerca, sino que se adentra todavía más en la maleza del suelo.
Los ingleses la llaman "buscarla langosta", debido a que en julio, cuando las primeras langostas han completado su desarrollo y empiezan a dejarse oír; entonces el macho de la buscarla deja de cantar.
Cría en matorrales bajos, en lugares tanto húmedos como secos. El nido es una taza construida dentro de una concavidad en la vegetación densa, entrando y saliendo los pájaros por el mismo sitio. Este nido tiene una base de hojas secas, y es de tallos y hierba seca; tapizado con pelo y fibras vegetales.
Es construido por ambos adultos; en él deposita la hembra seis huevos, de forma subelíptica, lisos y brillantes; de color blanco. El polluelo nace nidícola y con plumón, éste es bastante largo y abundante, con un par de manchas negras en la base de la lengua y otra en su punta. Las comisuras bucales son de color blanco amarillentas.
Dentro de la familia de las currucas -sílvidos- son un género particular.
Cría en el norte de España, Irlanda y sur de Suecia, y en la mayor parte de la Europa templada. Es una especie huidiza, generalmente se la oye más que se la ve; ya dije anteriormente que suele desaparecer entre las hojas caídas en el suelo.
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