lunes, 28 de septiembre de 2009

LA OROPÉNDOLA (Oriolus oriolus)


El borde del río, las espesuras de chopos, olmos y sauces son muy apetecidas por un bello y maravilloso pájaro llamado oropéndola.
Pertenece este ave al Orden de las passeriformes, Familia oriólidos y su nombre científico es Oriolus oriolus.
Existen veintiocho especies de oropéndolas, principalmente en las regiones tropicales del viejo mundo, y solamente una de estas especies cría en Europa. Su área de distribución podemos situarla en el centro y sur de Europa, exceptuando el sur de Grecia; al norte hasta el sur de Finlandia, sur de Suecia y Gran Bretaña. También, todo el norte de África y Asia.
Se necesita mucha paciencia para conseguir ver a la escondediza oropéndola, cuya voz aflautada de cuatro notas resuena constantemente en las verdes alamedas.
La experiencia me ha demostrado, al igual que a todo aquel que lo ha intentado, que es poco menos que imposible tratar de distinguir el maravilloso y esplendido plumaje amarillo brillante y negro del macho de la oropéndola; siendo aun más miméticas las hembras, con su dorso verde amarillento y el vientre gris claro finamente listado, que escapan al ojo del mejor observador.
A veces por azar, la hemos podido ver posada en algún árbol frutal solitario, mientras disfruta glotonamente hartándose de cerezas, higos o peras maduras, y es entonces la ocasión de seguirla cuando espantada huye con el vuelo ondulante que la caracteriza. Aunque el nombre que se le da en Portugal, de papafigo, resulta gráfico en cuanto a su alimentacion del segundo fruto de la higuera; no es menos cierto que la oropéndola es también una voraz insectívora, que consume grandes cantidades de parásitos perjudiciales en los olmos, las choperas y los robles.
Ciertamente a finales del verano le gusta también como a otras especies visitar los campos frutales y comer la fruta rica en azúcar.
La oropéndola pertenece a una familia de cantores casi exclusivamente tropical, de la cual sólo uno de los miembros llegó hasta Europa. Incluso nuestra oropéndola pasa sólo un breve periodo en el norte, permaneciendo la mayor parte del año en la zona lluviosa centro africana.
Procedente de África alcanza el sur de Europa a finales de abril, días después sobrevuela Europa central para encontrarse a mediados de mayo en el extremo norte de su área de reproducción.
Los machos suelen tomar posesión de sus territorios días antes de que lo hagan las hembras, así cuando estas llegan, el ambiente reinante entre los machos es de un canto generalizado; este canto sólo se oye desde la sin mediaciones y, está compuesto de tonos y silbidos melodiosos, particularmente pienso que oír a la oropéndola es un maravilloso placer.
Cuando el caminante fatigado abandona la vereda al mediodía y penetra en la chopera donde mora la oropéndola, no sólo recibe el beso de la brisa y la caricia de la sombra sino que sus oídos serán halagados con la flauta líquida, argentina, potente e inimitable de la oropéndola.
El nido es construido por la pareja en lo alto de los árboles de hojas grandes; cuando lo hacen el ramaje sobre el agua, éste está sólo a la altura de un metro.
El nido de la oropéndola es un caso único dentro de los pájaros europeos, al igual que su constructor, pues se valen de fibras de corteza, partes de plantas trepadoras y tiras de tallos, que ensalivan bien, de tal manera que quedan flexibles para entrelazarlas y trenzarlas en la bifurcación de una rama, hasta conseguir tejer una cesta colgante. Se ha observado que en todo este laborioso trabajo la hembra es la que lleva la mayor parte.
Cría en bosques abiertos, huertos y regiones cultivadas con árboles, su nido lo sitúan en los árboles; su época de cría es variable, de mayo a primero de junio.
A mediado de julio los jóvenes vuelan y abandonan el nido, pero la familia se mantiene unida a lo largo de agosto y, cuando estos jóvenes alcanzan la autonomía suelen vivir discreta y silenciosamente en las copas de los árboles frondosos, de tal manera que nadie se entera de su travesía migratoria otoñal hacia el África tropical.
La oropéndola (Huang niao), fue ya cantada en el romancero chino (Shing ching 235).
¿Oropéndola! ¡Oropéndola!
No te poses en las moreras.
No picotees mi sorgo (...)

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