El ñandú -Rhea americana- pertenece a un conjunto muy particular de las aves corredoras, de las cuales sólo se conocen seis especies, cada una de las cuales caracteriza un continente o una región.
El ñandu, está clasificado en el Orden de las Reiformes, familia Reidos; aunque con frecuencia se le suele llamar "aveztruz americana", podemos decir que existe muy escasa relación entre ésta y la célebre ave africana. Incluso aunque aparentemente nos puedan parecer iguales, se diferencian en numerosas particularidades anatómicas; tales como que, el ñandú posee tres desdos
dirigidos hacia adelante, mientras que el aveztruz, tiene sólo dos dedos dirigidos igualmente hacia adelante.
La altura y el peso del ñandú es de un metro setenta centímetros, y unos veinticinco kilos de peso; y el aveztruz mide tres metros de altura y ciento cincuenta kilos de peso (está considerado el ave viviente de mayor envergadura). De ahí que pertenezcan a orden y familias deferentes.
Las partes anteriores de las patas del ñandú están cubiertas de unas veintidós placas córneas transversales. Se alimenta básicamente de hierbas, pero desprecia a los invertebrados y otros pequeños animales. Su nido está situado en una depresión del suelo, cubierto con materiales vegetales y construido por el macho. En el cual deposita la hembra de quince a veinte huevos, con intervalos de dos días; la incubación de éstos es llevada a cabo por el macho durante unos cuarenta días.
Este ave, a principios del siglo veinte estuvo en vías de extinción, debido a su indiscriminada caza para obtener su estimada carne, y por sus plumas.
En la Pampa los gauchos experimentan gran placer en acosarlo, lo consideran como un deporte: al galope de sus caballos, intentan , a menudo inútilmente, atrapar algunas de estas aves. El ñandú tiene la costumbre -desgraciada para él- de volver siempre sobre sus huellas, por lo que resulta fácil tenderles emboscadas.
Los gauchos las cazan con las boleadoras -honda de tres brazos, cuyos extremos terminan en bolas de plomo forrado de cuero-.
El hombre domestica al ñandú, cada vez más, proporcionándoles una parte importante de su alimentación. A cambio de esto, guardan las aves de corral, vigilan las gallinas, las ocas, etc,. Al ser un ave muy desconfiada, siente acercarse el peligro mucho antes que nadie, ya se trate del cóndor o de cualquier carnívoro que baje de la montaña. la mayoría de los criadores de aves de corral de la Pampa están vigilados por ñandúes, éstas guían a las aves al estanque o al río, donde a patadas o picotazos, hacen volver a las que se alejaba o retozaba entre los matorrales.
los zoólogos han descrito seis veriedades de ñandúes, pero el profano es incapaz de distinguirlas.
Los ñandúes son aves diurnas, sedentarias, habitantes de las estepas y pampas.
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