domingo, 22 de agosto de 2010

LA REBELDÍA RIFEÑA (Continuación)

NEGOCIACIONES BILATERALES: LA FIRMA DE LOS ACUERDOS Y LA PREPARACIÓN DE LAS DEMOLEDORAS OPERACIONES.
Visto que las autoridades francesas estaban empeñadas a fondo con el riesgo que significaba el movimiento de la resistencia en Marruecos, y especialmente en el África del norte, en general, no demoró la entrada en negociaciones diplomáticas con el gobierno español. Y en esta serie está incluido el envío de su representante (Malafi) a Madrid durante mayo de 1925; en un esfuerzo para persuadir a las autoridades españolas de la necesidad de concentrar los esfuerzos de los dos países al objeto de crear y establecer las responsabilidades para acabar con el "problema rifeño". Paralelo a esto se inauguró en París negociaciones comunes entre el ministro de exteriores de Francia (Praiam) y el embajador español (Kinusi de León).
Los contactos diplomáticos culminaron en Madrid y París, con la firma de varios acuerdos en los cuales se decretó el bloqueo por tierra y por mar alrededor de la zona del norte, y un proyecto para llevar a cabo operaciones de ataque, las cuales fueron programadas por los altos mandos de los dos países.
Basta indicar que el convenio del 9 de julio de 1925, estipula "la firme cooperación entre las autoridades de las dos zonas: francesa y española, para la vigilancia de las fronteras terrestres y marítimas y el control del comercio en armas, municiones y alimentos".
Asimismo, en el convenio del 11 de julio de 1925, se estipula "que el proyecto de todas las operaciones militares serán planificadas por los dos mandos: franceses y españoles en Marruecos, y se exponen a ambos gobiernos".
El desembarco español en las costas rifeñas en septiembre de 1925, se considera la primera libanización que es el resultado de la cooperación bilateral después de la firma de los susodichos convenios; entonces se llevó a cabo la coordinación entre las fuerzas marítimas de los dos países durante las operaciones de desembarco, en un clima de confianza entre ellos, especialmente, entre el general Primo de Rivera y el mariscal Petain. Esto último se indica en el informe que se envía al gobierno, hasta que un primer indicador de la estabilidad de la relación entre Francia y España se manifiesta en la declaración de los franceses por sus ataques al norte del Uarga, al mismo tiempo que los españoles se arriesgaron a desembarcar en Axdir.
Pero la alianza general militar, especialmente, entre las fuerzas de tierra presentaba la mayor parte de obstáculos que se agudizó en "el periodo invernal" para su humillación. Esto dio lugar a que el mariscal Petain se viera en la necesidad de continuar las conversaciones de forma rápida con el gobierno español; para la aceptación y preparación de un ataque coordinado dirigido a las cabilas Beni Urriaguel y Beni Tuzin para alterar al Rif, mientras es posible -según dice Petain-... un impacto al poder de Abdelkrim y su exterminio..."
La consecuencia de esto, fueron que las entrevistas bilaterales comenzaron a ultimarse por medio de un turno. En este marco, tuvo lugar la visita a Madrid de Petainen la primera semana de febrero de 1926, para corresponder a una invitación oficial del jefe de la Junta Militar y, firmar un convenio que limite de forma minuciosa los objetivos y proyectos resumidos para la cooperación entre Francia y España en el norte de Marruecos.

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