Al lado de los intensos esfuerzos diplomáticos para la sociedad de una completa alianza, las dos fuerzas llevaron a cabo un reclutamiento de todas las posibilidades militares con una movilización del más grande número de posibles refuerzos de tierra, mar y aire, excediendo en mucho a unos 400.000 soldados.
Además se realizó una movilización de más jefes militares teniendo el mando sobre las fuerzas colonialistas francesas, Petain. Asimismo, el general Primo de Rivera jefe de la Junta Militar, dictador de España, insistió sobre el resultado "del informe del Rif" por sí mismo y su directa administración.
Pero llegaron grandes refuerzos y las campañas de movilización general, que no estuvieron en condiciones de efectuar un cambio rápido en el campo de las operaciones militares, debido a la valentía y al heroico desafío de los luchadores rifeños, y su fe firme en la justicia.
Durante el otoño de 1925 no aparecieron resultados positivos en la campaña colonialista. En la carta de su dimisión con fecha 24 de septiembre de 1925, Lyautey indica... " que las últimas operaciones militares restablecerán las cosas en su sitio y, volveremos a las líneas que teníamos establecidas antes del ataque de los rifeños...siendo posible afirmar hoy con claridad, que desaparecerá el peligro y será posible mirando a la cantidad de las fuerzas reclutadas, que los futuros enfrentamientos serán mirados con optimismo...".
Asimismo, no se debe olvidar los importantes trabajos que dependen del empleo abusivo de las armas aéreas, completando este arma con el alistamiento de 44 escuadrillas de aviones de guerra, solicitando la ayuda de aviones americanos a los cuales se les encomendó el empleo de métodos de intimidación y repugnantes golpes, para coaccionar a algunas cabilas que demandaban "una petición de protección" pero éstos se limitaron a estimular la desaparición de algunas cabilas adictas al movimiento de la resistencia; y sino como es posible explicar el bombardeo indiscriminado e intensivo sobre las zonas habitadas por nómadas, los socos semanales , así como, la quema de productos agrícolas expuestos en ciudades desarmadas: de niños, mujeres y ancianos. La elección intencionada de aquellos objetivos, significa la existencia de un claro deseo de propagar la alarma y el miedo entre los habitantes con objeto de llegar a una obediencia rápida y sin ideas.
Igualmente la utilización de las armas prohibidas, especialmente, las bombas que habían sido preparadas para ser lanzadas por los aviones, presentan una violenta negligencia de los pactos internacionales en los cuales participaron estos países para su redacción y aprobación de sus cláusulas.
Antes de realizar los ataques coordinados se realizaron los preparativos de forma detallada entre los mandos militares de los dos países, celebrándose el Congreso de Uxda (18 de julio -5 de mayo de 1926) con la presencia de representantes de Francia y España, así como el representante de la resistencia rifeña, y en la primera sesión se puso como condición, por los representantes de las fuerzas colonialistas, la aplicación de unas condiciones previas antes de la iniciación oficial de las negociaciones.
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