Una de las aves más abundantes de Europa, se encuentra en jardines, parques, campos de golf, y otros lugares donde la hierba baja (césped, grama) está muy extendida y le proporciona sus presas ideales. "Escucha" a los gusanos y lombrices, a la manera típica de los tórdidos antes de lanzarse a desenterrar la presa; me estoy refiriendo al mirlo común -Turdus merula-
La gente madrugadora, cuando pasa por un parque al amanecer, contempla a los pacíficos mirlos mientras están posados, atentos a los ruidillos que salen del césped, para localizar las lombrices sabroso bocado que reclama su hambriento gaznate.
El mirlo común originariamente habitaba en los bosques, pero el aumento en gran medida de su población es debido a su adaptación a las condiciones humanas.
Desde los primeros días soleados de enero, escuchamos el armonioso canto de este pájaro, que silba parsimoniosamente unas estrofas musicales ininterrumpidamente cortos silencios. Si se le asusta, vuelan a meterse en el seto más espeso que encuentra y se ponen a chillar aterrorizados.
Los machos son totalmente negros, con pico y anillo ocular amarillo; la hembra es pardo oscura por arriba, más pálida por debajo, con un difuso moteado oscuro, pero no posee manchas pectorales bien definidas como les ocurre a los zorzales comunes y a los charlos. Habitan en bosques frondosos y de coníferas con suelo húmedo (son muy abundantes en la zona norte de la península ibérica.
Los mirlos del bosque son muy esquivos; los de la ciudad son precavidos y desconfiados frente a cualquier extraño, pero suelen tolerar a la perfección el bullicio y ajetreo de personas en su entorno.
La pareja de mirlos suele ocupar un territorio durante la época de cría , no tolerando en él la presencia de ningún otro congénere. Dándose el caso de que ante la presencia de otro pariente, éste es agredido y expulsado de dicho territorio.
Durante la época de cría y ante las peleas que tienen lugar entre los machos están tan obsesionados en ellas que pierden la noción de la realidad y pueden incluso, durante las mismas, ser cogidos con facilidad.
El mirlo común es insectívoro, a veces, se especializa en la captura de lombrices, que descubre en el prado y las extrae con habilidad de su agujero, sin que se rompan; son grandes consumidores de bayas y otros frutos del sotobosque, de las orillas de nuestros arroyos y ríos, no desdeña los frutos cultivados. Su nido tiene forma de taza, recubierto su interior con una capa de tierra. Su situación es baja, visible, como al azar, sin ninguna protección en pinos pequeños. Normalmente incuba la hembra en solitario; el macho le suele relevar muy raras veces, en el nido deposita de cuatro a cinco huevos, de color azul pálido que incubados durante catorce días. Finalmente diré que en épocas pasadas era el mirlo un ave migratoria; paro al iniciarse la construcción de las ciudades, se fue haciendo sedentario.
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