Este pájaro forestal que combina el arbolado abierto y el herbazal, es una de las tres especies de las veintidós existentes en el mundo. Son pequeñas aves con largos picos rectos, patas, cola y cuello cortos que poseen largos dedos que le ayudan a trepar. Notables por su habilidad para descender boca abajo por los troncos de árboles y rocas, podemos considerarla como una de las mejores facultades de esta especie para realizar estos ejercicios. A pequeños saltos, afianzándose con sus dedos robustos, que terminan en uñas aceradas, el trepador recorre los árboles en todas direcciones, incluso descendiendo cabeza abajo.
Los aficionados a este maravilloso mundo de las aves, observamos que los picos carpinteros y los agateadores -que también son ágiles trepatroncos- usan como punto de apoyo las plumas rígidas de la cola, mientras que el trepador azul, provisto de una corta cola blanda, nunca le hemos visto hacer palanca con la misma.
Solamente un mamífero -la ardilla- puede igualar las acrobacias de este pájaro forestal.
Existe un momento en el cual es fácil contemplarlo a placer , y es, cuando está entretenido dando picotazos sonoros a la avellana que quiere cascar, tras situarla en una rendija de la corteza.
Tiene un cuerpo rechoncho, gris azulado encima y ocre debajo, flancos castaños, garganta blanca y marcada lista ocular negra, estos son sus caracteres externos inconfundibles.
El trepador azul -Sitta europaea- es un ave sedentaria, se suele unir en invierno a los carboneros y herrerillos, que nomadean en bandos; su biotopo (el espacio geográfico en el que vive un grupo de seres sometidos a condiciones relativamente constantes) debe tener árboles viejos, mejor si comprenden bosques de robles y quejigos (encina común), donde llegan a alcanzar la elevada densidad de una pareja cada dos hectáreas.
En el sur empiezan a incubar en Marzo, y en el norte en abril, si el orificio de acceso a su nido lo consideran demasiado ancho, el trepador azul, lo rebaja con la ayuda de una mezcla de barro y saliva hasta ajustarlo a su medida, a veces, lo vemos cegar los orificios de entrada del pito negro y de las cajas anideras destinadas a la paloma zurita. El nido es una cavidad provista de partículas de corteza de pino y abedul espaciadas, entre las cuales los huevos se hunden , a veces.
En este nido pone la hembra de seis a ocho huevos, los cuales son incubados durante unos quince días. La dieta del trepador azul es buscada en las grietas de la corteza, arrancando los fragmentos sueltos de la misma. Al trepar no coloca sus patas una junto a la otra sino una sobre la otra y puede trepar en sentido ascendente y descendente.
Es un gran protector de la Naturaleza, ya que limpia de insectos los troncos de nuestros bosques, donde encuentra huevos larvas e insectos que da caza con su potente y aguzado pico.
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