Continuando con las columbas voy a dar un salto geográfico y pasar a otro continente, me voy a referir a las columbas del Asia tropical.
La paloma arborícola, de esta paloma lo que más destaca es su mimetismo cuando está criando, es decir, la propiedad que tiene para confundirse y tratar de pasar desapercibida aprovechando los elementos del medio en que vive.
Esta paloma aprovecha sus colores llamativos y refractarios para situar el nido en un lugar donde el sol le dé de tal forma al estar incubando que, por un juego de luces entre el sol y sus bellos colores puedan pasar desapercibidas ante los posibles depredadores.
Otras palomas interesantes son: la porfírea de las islas de la Sonda y la Gran Paloma del Asia tropical.
Pero la paloma que quizá, pienso yo, pueda arrastrar mayor admiración como una más de las infinitas obras que Dios ha creado para nuestro deleite, es la Paloma de Corazón Sangrante o Apuñalada, como también se le llama.
Verla en una lámina es digna de admiración pero estar cerca de ella y contemplarla a placer - como tuve la dicha de hacerlo hace muchos años- no hay palabras para describirla. Esta paloma de Corazón Sangrante, habitante de las islas Filipinas, tiene el pecho blanco y en el mismo centro la figura perfecta de un corazón sangrando, de color rojo encendido.
Existen también varios tipos de palomas salvajes habitantes de los manglares asiáticos. Este orden de columbiformes, cuyas especies, total o parcialmente domesticadas se encuentran por todos los cielos de la Tierra, cuentan en los trópicos -concretamente en el interior de las selvas cenagosas- con maravillosos representantes.
Voy a mencionas entre estas maravillas aladas a la Carpófaga Imperial (Muscadívora aenea) también llamada paloma del moscatel. Su tamaño es superior al de la paloma bravía pues mide algo más de cuarenta centímetros de longitud; habita en Asia e Indochina anida en los manglares entrecruzando lianas y raíces fácilmente moldeables y tapizando la cesta obtenida con musgos y líquenes.
Como curiosidad diré que se rozaría un nido de paloma carpófaga sin descubrirlo, dado su perfectísimo camuflaje; debido a este hecho cuentan, que el varano Malay, es decir, un reptíl saurio a pesar de su predilección por los huevos de esta paloma no es capaz de descubrir el nido, algunos observadores, dignos de crédito, afirman que reptiles de más de dos metros de longitud que recorren la flora aérea del manglar pasan a menos de diez centímetros dela bifurcación de ramas donde esté incubando la paloma carpófaga, sin descubrirla.
Sus patas son de un rubí brillante variando del escarlata al púrpura, el vientre es lustroso, de una suavidad incomparable y está adornado con manchas rojizas. Domina en su plumaje los tonos verdes, azules metálicos -bronce y oro- reflejos irizados y, a veces ojos fugaces tan ricos en colores como el arco iris. Cuando vuela durante la hora crepuscular, la carpófaga imperial parece una bola de fuego. Es una frugívora -es decir, se alimenta de frutas y vegetales- convencida, buscando sobre el manglar las frutas de la selva.
Otros columbiformes presentes en el manglar son: la paloma de la fruta -Treron fulvicollis, y la paloma soberbia de la fruta -Ptilinopus superbus-. Las palomas de los frutos habitantes de las selvas del grupo de islas de Insulindia (Sumatra, Java, Bali, etc.) de Australia y Nueva Guinea, se adornan con los colores que van del rojo fuego al blanco puro.
Esta paloma al igual que la carpófaga tiene la facultad de camuflarse muy facilmente y así poder escapar de sus depredadores.
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