lunes, 6 de diciembre de 2010

LOS PAPAMOSCAS (Muscicápidos)



Los papamoscas pertenecen a la familia muscicápidos, y son aves extendidas por el Viejo Mundo. En torno a esta familia se reunen, ciento diez especies, de las cuales cuatro de ellas crían en Europa.
Algunos ornitólogos a partir de los años sesenta habían considerado al papamoscas semicollarino, con el grado de especie y en sus tratados manifiestan que son cinco las especies de papamoscas que crían en Europa. Anteriormente a los años sesenta los semicollarinos estaban y están conceptuados para la mayoría de los ornitólogos como una subespecie del collarino; ya que estos no han considerado el ascenso al grado de especie de estos papamoscas por el hecho de haberse observado que el comportamiento de los polluelos del semicollarino, comportamiento social, difería mucho del de los polluelos del collarino.
Los papamoscas son aves adaptadas para capturar a los insectos en pleno vuelo, generalmente escoge un posadero favorable desde donde se precipita sobre aquellos insectos que pasan cerca de donde él está, capturándolos con un chasquido muy perceptible al oído humano y volviendo luego al mismo posadero.
Los cuatro papamoscas que crían en Europa son:gris; papirrojo; cerrojillo y collarino.
El gris, el cerrojillo y el collarino, cuando efectúan su viaje para invernar en el África Tropical suelen quedarse muchos de ellos en los alrededores de nuestra ciudad e incluso en algunas zonas urbanas donde hay árboles.
Uno de ellos, por ejemplo, el gris -Muscicapa striata-,todo en él esta dominado por el color pardo-gris con listas de color pardo oscuro en la cabeza, dándose la circunstancia de que apenas existe, entre el macho y la hembra, dimorfismo sexual.
Es un ave migradora, su entrada primaveral en Europa acontece en fechas tardías, hacia primeros y bien entrado mayo, cuando ya la vegetación se halla en su apogeo, y zumban por todos lados los insectos voladores, que el papamoscas depreda.
A mediados de septiembre, salvo algunos que se quedan rezagados por la benignidad del clima, como ocurre en nuestra ciudad; ya se encuentran en sus cuarteles de invierno africano, observándose que su periodo de estancia en Europa coincide con el de la entomofauna voladora.
Por desgracia es una de las especies más vulnerable frente a los cepos cebados con insectos para su captura, cepos que son colocados por personas que demuestran su ignorancia al no saber el beneficio tan grande que estas diminutas aves proporcionan a la Naturaleza al consumir grandes cantidades de insectos.
No se distingue el papamoscas gris por su canto esmerado, pero sin embargo es un gran benefactor del ser humano.
Nidifica usualmente en la bifurcación de una rama o en lugares donde pueda aguantar su nido con los brotes secos de los árboles; también suelen nidificar en agujeros de troncos o grietas, detrás de la corteza muerta, sobre las vigas del techo, en cuadras y vaquerizas, o en tupidas enredaderas.
Según su emplazamiento la taza del nido suele ser de tamaño variable, compuesta de hierbas, finas ramitas, parte pelosas de las plantas e incluso telarañas; tapizado su interior con pequeñas plumas y hojas secas.
Este nido es construído por la pareja, aunque la que más participa es la hembra, a los dos días ya está terminado el nido, teniendo lugar la puesta del primer huevo al tercer día que es incubado sólo por la hembra. Su época de cría es de mayo a junio, y su puesta consta de cuatro a cinco huevos que son subelíticos, lisos y sin brillo, de color azul muy pálido, azul verdoso o blanco cremoso; normalmente estos huevos aparecen moteados, a menudo fuertemente de gris-rojizo.
La hembra alimenta al principio a las crías con los insectos que caza el macho, más tarde los dos cazan, para alimentar a los polluelos habiéndose contabilizado en los días calurosos alrededor de quinientas salidas en busca de alimentos.
Estos alimentos compuestos principalmente por mariposas, moscas, mosquitos, abejorros, así como pequeños coleópteros, hacen de este desapercibido pajarillo, un beneficioso benefactor de la Naturaleza. Es cierto que esta última frase la he repetido varias veces, pero todas aquellas personas que aman a la Naturaleza con todo lo que esto significa para el bienestar del ser humano, no podemos nunca dejar de insistir, como en este caso sobre la importancia que tiene la protección de las aves insectívoras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario