Famosa desde hace tiempo por su rareza la cotorra reina de Baviera -Aratinga guaraouba- de treinta y cinco centímetros de longitud, se encuentra incluida en el Convenio de Washington como especie protegida y prohibida su tenencia.
Cuando el viajero partiendo de la capital del este de Amazonas, Manaus, antigua Manaos, sigue el curso del río Amazonas para más tarde navegar hacia el interior a través de los afluentes Tapajos o Xingu y penetrar en los grandes bosques tropicales húmedos del estado de Pará; puede tener la suerte de admirar el maravilloso plumaje dorado de uno de los psitácidos más raros del continente Sudamericano.
El reina de Baviera, cuando se tiene la fortuna de haberla admirado en algunos de los pocos lugares que tienen autorización para tenerlas, pude parecernos que no es demasiada graciosa de formas o que al igual que sus congéneres hay que taparse los oídos para no oírlas, por su "voz" tan desagradable, pero una vez que se está delante de esta joya de la Naturaleza, y se admira su exótico esplendor no nos damos cuenta ni de su "voz" ni de su forma.
El plumaje en general es de un vistoso amarillo dorado, las plumas remeras de verde oscuro, el pico de color hueso rosado y las patas de color carne. Su tamaño viene a ser parecido al de una paloma torcaz.
La hembra adulta es similar al macho en cuanto a su colorido, aunque algo más menuda y menos voluminoso su pico.
El comportamiento de una pareja de reina de Baviera, es excelente y de una estrecha y mutua comprensión dándose la circunstancia de que en la época de celo, la hembra es alimentada por el macho poniendo éste un ala encima de ella hecho este que cuando se presencia, nos produce un sentimiento de ternura hacia esa actitud tan humana de demostrar cariño.
otra costumbre de esta cotorra, es su pasión por los juegos pues no cesan de acariciarse mutuamente y, juegan juntas de la forma mas divertida, empujándose, girando una encima de la otra y dándose golpes como cachorrillos, sin proferir la mas leve protesta por un picotazo algo fuerte.
Reitero una vez más que es una especie en peligro de extinción a la cabeza de la especies protegidas.
Al contrario que ocurre con otras especies de psitácidos, el reina de Baviera no tiene subespecies
al menos que se conozca oficialmente.
Sitúa su nido en las cavidades de los árboles, depositando en él de dos a tres huevos que incuba la hembra durante aproximadamente un mes, siendo su época de cría en estado de libertad durante el mes de octubre. Su alimento lo busca preferentemente en la parte alta de los árboles. Se piensa que una de las causas de su desaparición hay que buscarla en el retroceso por destrucción del biotopo que frecuenta.
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