miércoles, 16 de febrero de 2011

INSEPARABLE CARA DE MELOCOTÓN (Agapornis roseicollis)



Un criador de psitácidos me ha pedido que en uno de mis trabajos haga referencia a una especie de las que suele criar, entre otras muchas.
Los inseparables, cuyo nombre científico es Agapornis son también llamados por los ingleses como love bird "pájaros de amor", debido a su costumbre de unirse las parejas de por vida.
El inseparable de cabeza rosa; cara de melocotón o peach face, es un Agapornis roseicollis, tiene una longitud de dieciséis centímetros. Se encuentra extendido por un amplio hábitat entre las estepas y sabana de Namibia y suroeste de Angola; bien distante de otros agapornis como el Nyassa en territorios de Malawi; el Fischeri en Kenia; el Enmascarado en los alrededores del lago de Tanganika y el Abisinia al sur de Etiopía.
El ejemplar interesado es el roseicollis, bello ejemplar de color verde mate, más claro en el pecho, la frente de color rosa-rojo brillante, mejillas y garganta rosadas, con un matiz grisáceo en el borde de las mejillas. Las plumas de la rabadilla son de un bonito color azul brillante, su cola es de color azul-verde con marcas negras y rosa fuego, su pico de color rojo coral.
La hembra es parecida al macho, por lo general -aunque no siempre- es de color más oscuro.
Existen dos subespecies de este psitácido y debido a sus cruces existen muchas mutaciones.
Aun cuando, como todos los miembros de la familia de los agapornis, este cabeza rosa es bastante inadecuado para la vida en un pequeño habitáculo; se adaptará rápidamente si se le provee de un nido para criar y unas ramas para mordisquear, a vivir en cualquier clase de pajarera.
Los agapornis roseicollis se valdrán de cualquier clase de nido o tronco hueco, o bien este buen aficionado los hace de troncos de la planta de la familia de las amarilidáceas, llamada pita, tan abundante por esta zona. En este nido con suficiente espacio para contener un buen surtido de trozos de corteza o ramitas de limonero o naranjo, deposita la hembra de cuatro a cinco huevos que incuba durante veintidós días, permaneciendo las crías en el nido alrededor de cuarenta días.
Cuando crían en libertad lo hacen durante los meses de enero, febrero y marzo, y a diferencia de otros inseparables, sus intentos de criar no es fácil que sean fallidos por el hecho de que el nido se encuentre en una situación de sequedad. La hembra suele incubar sola, pero el macho se reune con ella en el nido por la noche; en cuanto al trato con los de otras especies este agapornis tiene fama de poco sociable, y la mala costumbre de morder los dedos -como se ve en la imagen- convirtiéndose este hecho, en algunos ejemplares, como un auténtico vicio ya que los padres mutilan a sus crías antes de que estas puedan subsistir por si mismas, dándose también el caso de que incluso entre las crías se suelen mutilar los dedos mucho antes de que sean bastante crecidas como para pelearse por las hembras y el emplazamiento del nido; en cautividad crían muy bien en un jaulón de setenta y cinco centímetros de longitud, o en una pajarera de jardín con cobertizo

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