miércoles, 6 de julio de 2011

VERDERÓN COMÚN (Carduelis chloris)




Aún recuerdo cuando iba por las huertas de mis amigos marroquíes, situadas cerca de la ciudad de Melilla. Al comienzo de la primavera, ver sus bonitos naranjales que se llenaban de vida con los cantos en celo de los mirlos, verderones, verdecillos y jilgueros, mientras explosionaba la gran avifauna de esa bonita zona del norte de Marruecos.

Me gustaba observarlos posados en las puntas de las ramas, al macho del verderón, con su pulcra y bonita librea, repitiendo el incansable y monótono rintintín, o cuando se pasaba de una rama a otra batiendo lentamente las alas.

!Cuánto disfrutábamos contemplar la entrada y salida de sus nidos, al igual que el de los jilgueros¡ Nidos que eran muy respetados, por los hijos de nuestros amigos marroquíes, los niños hablando una mezcla de árabe y francés, nos llevaban árbol por árbol para que pudiéramos disfrutar de ellos.

El hábitat del verderón común lo situamos en los linderos de los bosques, tierras de labor con setos, huertos, olivares, jardines y parques. En invierno, se desplazan a los campos cultivados y lugares claros cerca de la costa.

Su nido lo hace con ramitas y musgo revestido con raíces, pelos o plumas, su ubicación la he visto en setos, olivos y otros árboles. Cuando los he presenciado en los olivos algunos lo situaban al final de las ramas vencidas por el peso, donde formaban una enorme bola de ramas y hierbas.

En estos nidos la hembra deposita de cuatro a seis huevos, subelípticos, lisos y brillantes. De color azul pálido; finamente marcados con motas y pequeñas manchas de color púrpura oscuro o negruzco.

El verderón es un pájaro muy común y familiar, estando muy acostumbrado al hombre.

Cría en Europa, exceptuando Islandia y el norte de Escandinavia; también en el norte de África -donde disfruté mucho de ellos-, son aves residentes.

Su alimentación principal la constituyen las semillas de árboles, samáras de olmos; piñones y las semillas de los jaramagos y otras crucíferas; en primavera y verano completa su dieta con pequeños invertebrados. En el otoño realiza frecuentes visita a los viñedos y árboles frutales picoteando la fruta ya madura.

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