sábado, 5 de mayo de 2012

BUSCARLA FLUVIAL (Locustella fluviatilis)

BUSCARLA FLUVIAL

La buscarla fluvial, es una de las trescientas especies que existen en el mundo, pero principalmente en el Viejo Mundo. De estas trescientas especies, treinta y seis crían en Europa, y dos de ellas son visitantes.
La  buscarla fluvial es un ave fácil de oír, pero no tan accesible de observarla. En la maleza más intrincada, en las orillas de los arroyos y en  lugares invadidos por una vegetación exuberante, es donde mejor se encuentra esta buscarla; si se espanta no levanta el vuelo, sino que huye como "un ratón" por el fondo de la maleza baja.
Tiene una longitud de trece centímetros; su detallamiento es: pardo oliva y sin listas por arriba, blanco cremoso por debajo, con listas grises en la garganta y pecho. Se le diferencia de la "unicolor"por la falta de una fuerte coloración rojiza. Su hábitat lo encontramos en la maleza de los bosques densos y matorrales dispersos en los pastos húmedos.
Tiene un territorio de nidificación no muy amplio -unos cincuenta metros alrededor del nido-; este pajarillo tan delgado no llama la atención, posee una característica que aparece en todas las buscarlas, y es, la cola escalonada y con unas subcaudales largas.
Cría en una variedad de lugares próximos al agua -fluvial-, pero usualmente que tenga matorrales o arbustos bajos. Su nido lo sitúa en la hierba alta o en la base de un arbusto. Son lugares espesos con un acceso singular. Este nido es una taza de material vegetal laxamente unido, con una base de hierba seca y hojas también agostadas; su interior está tapizado con hierba más fina y aveces pelo.
Realiza una sola nidada, que da comienzo a primeros de junio; para ella la buscarla fluvial regresa a sus lugares de nidificación a finales de abril o en mayo. En este nido deposita la hembra de cinco a seis huevos de color blanco manchado de pardo rojo.
Cuando llega el final de agosto o principios de septiembre, emprende la marcha hacia zonas más cálidas. Está conceptuada como una gran viajera y sus lugares de invernada llegan hasta las costas orientales del sur de África. Es raro observarlas en la Europa occidental.

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