Este corvus tiene una longitud de cuarenta y cinco centímetros, es toda negra, con un lustre purpúreo. Podemos distinguirla de la Corneja Negra por tener una mancha blancuzca pálida de piel desnuda en torno a la base del pico; este pico es más grácil, recto y puntiagudo.
Provoca gran confusión, la gran variedad de nombres por los cuales son indistintamente designados los córvidos negros.
La graja, a parte de sus hábitos gregarios, presenta un pico recto y afilado que parece más largo por la antedicha calva blancuzca que caracteriza a las adultas.
Si queremos identificar a los ejemplares jóvenes precisa dotes de observación, al asemejarse extraordinariamente a las cornejas, ya que hasta que, no tienen un año, aquéllos no pierden los pinceles negros que rodean la nariz.
Habitan los campos cultivados con fila de árboles, matorrales y bosquecillos.
Son muy comunes, criando en el O, C y E de Europa, por el N hasta el sur de Escandinavia y N de Rusia, faltando en la región mediterránea, donde sólo la observamos en invierno.
El nido es una taza voluminosa de ramitas con tierra mezclada; tapizada con hierbas, raíces, musgo y resto vegetales, lana y pelo.
Puede reutilizar los nidos de años anteriores, lo construyen ambos adultos, trayendo el macho el material y colocándolo la hembra. En este nido la hembra deposita de tres a cinco huevos, subelípticos, lisos y brillantes. De varios tonos de azul claro, verde azulado o verde mate.
Los huevos son puestos a intervalos de veinticuatro horas y son incubados por la hembra sola.
El polluelo nace nidícola y con plumón, en la espalda y muslos, de color gris humo.
La boca es naranja al principio, después se vuelve rojo rosada; sus comisuras bucales de color carne teñido de amarillo.
Después de la época de cría forman grandes bandadas.
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