En el año 630-631, correspondiente al 9º año de la hégira, la población cristiana de Najran; oasis cristiano situado en Yemen, parece ser que envió una delegación de sesenta "literatos" al frente de los cuales dicen que iba el obispo Abu Harita. Dicen que con la autorización del Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él- celebraron la misa en su mezquita y después se dice que tuvieron una discusión sobre la naturaleza de Jesucristo. La delegación cristiana comprobó que la posición del islam era igual a la del archimandrita -en la iglesia griega se dice que era una dignidad inferior a la del obispo- de Constantinopla, Eutiques (aproximadamente 378-454) monifisita - se dice del hereje que negaba que en Jesucristo existen dos naturalezas, la divina y la humana- y que estaba condenada por el Concilio de Calcedonia del 451, de modo que no se pusieron de acuerdo y cada uno marchó por su lado defendiendo su posición.
Entonces el Profeta - la paz y las bendiciones sean con Él- propuso al parecer un llamemósle "Juicio de Dios" que en el Corán es recogido en el sura de la familia de Imran, aleya 60, en la cual se dice:"Y a quien, después del conocimiento que te ha venido, te discuta sobre él, dile: Venid, llamemos a nuestros hijos y a los vuestros, a nuestras mujeres y a las vuestras y llamémosnos a nosotros todos y luego pidamos y hagamos que la maldición de Dios caiga sobre los mentirosos."
Este llamado "Juicio de Dios" consistía en que los contendientes invocaban recíprocamente la maldición divina y la muerte sobre los que afirmaban lo falso, era una típica costumbre de aquella época.
Según está reflejado en antiguos escritos; Muhammad (la paz y las bendiciones sean con Él) se presentó en el lugar acordado vistiendo una capa negra de pelo de cabra con galones de seda y llevando de la mano a sus nietos Hasan y Husein; le seguían su hija Fátima y su yerno Ali. Una vez comenzada la reunión, los cristianos prefirieron proponer al Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él) el pago de un impuesto a cambio del libre ejercicio de su culto y el respeto a sus personas. Aquí encontramos a los primeros no musulmanes, a los que el islam concedía la libertad de culto a cambio de un impuesto anual. En varios versículos del Corán vemos aprobada esta decisión. En el sura de la Vaca, aleya 61, dice: "Cierto que los que han creído*, los que siguen al judaísmo, los cristianos y los sabeos, si creen en Dios y en el Último Día y actúan rectamente, tendrán su recompensa ante su Señor y no tendrán que temer ni se entristecerán."
*(En Muhammad, que Dios le dé Su gracia y paz)
Según Ibn Abbas, esta aleya estaría abrogada por la que dice: " Y quien desee otra forma de Adoración que no sea el Islam, no le será aceptada y en la Última Vida será de los perdedores."
(aleya 84 de la sura 3). No sólo fue abolida, sino que entre los nuevos musulmanes se levanta un movimiento de revuelta debido a que el nuevo estado empieza a exigirles el pago de impuestos.
El término impuesto equivalía a "Jizya": impuesto especial para los no musulmanes que viven dentro de una sociedad musulmana, en tanto que la compensación social por estar exentos de otras obligaciones sociales propia de los musulmanes, están exentos del impuesto que supone la jizya. En cualquier caso, sólo se aplicaba el impuesto, con exclusividad, a los varones mayores de edad libres, y con plenas facultades físicas y mentales.
Aunque se preferirá usar para este término la palabra Zakat (impuesto religioso solidario. Uno de los cinco pilares del islam).
En el mes de febrero-marzo del año 632, correspondiente al 10º año de la hégira, Muhammad (la paz y las bendiciones sean con Él) acompañado de 150.000 musulmanes realiza su última peregrinación a Meca. Después recitó las versículos de la Mesa Servida que fueron hecho descender con tal ocasión, conclusión de la revelación coránica: Hoy os he perfeccionado vuestra religión, he completado Mi gracia en vosotros y Me satisface que sea el islam vuestra religión." Y desciende la sura 10ª, de tres versos, en la que se suele ver una clara alusión a su inminente muerte: "Cuando venga el auxilio de Dios, así como la victoria, y veas que los hombres entran en masa en la religión de Dios, entonces celebra las alabanzas de tu Señor e implora Su perdón. Él es indulgente."
Regresa a Medina, a su casa, y el 8 de junio del año 632, correspondiente al 13 Rabí del 11º año de la hégira; muere en las primeras horas de la tarde susurrando las siguientes palabras, que fueron recogidas por su esposa Aisha. "Dios, sí, con el compañero sublime". Su muerte quiso ser ocultada por Omar pero Abu Bakr, en oración dirigiéndose a los fieles , al comenzar su plática, los hizo con estas palabras del Corán, reflejadas en la sura de la Familia de Imran, aleyas 144 y 145:
"Pero Muhammad es sólo un mensajero antes del cual ya hubo otros mensajeros. Si muriese o lo mataran, ¿daríais la espalda? Quien da la espalda, no perjudicará a Dios en absoluto.
Y Dios recompensará a los agradecidos".
"Nadie muere si no es con permiso de Dios, en un plazo escrito de antemano. Quien quiera la recompensa que ofrece esta vida se la daremos en parte, y quien quiera la recompensa de la Última se la daremos.
Y recompensaremos a los agradecidos."
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