No hace mucho tiempo, mantuve una agradable e instructiva conversación, referente a temas ornitológicos, con un buen amigo que conocía muy bien la zona de Tikal (Guatemala). Me hablaba, conociendo mi interés, de las maravillas aladas que habitan en ese maravilloso rincón guatemalteco. Tikal es un famoso centro de ruinas mayas situado en la parte norte de Guatemala y perteneciente al departamento de Petén; situado en la base de la península de Yucatán, al norte de Centro América, y por la parte occidental limita con el estado de Chiapas.
La vegetación está cubierta por una selva espesa, también denominada "Selva Tropical Seca", es decir, el tipo de selva que existe en las tierras bajas tropicales en donde la precipitación anual es muy escasa y en donde existe una estación seca bastante prolongada.
Manifestaba mi amigo, que la selva baja en Tikal ocupa la menor parte de esta zona, que los árboles rara vez pasan de quince metros de altura, lo cual permitía que una considerable cantidad de luz llegase al suelo, el cual estaba cubierto de pequeños árboles, arbustos espinosos y enredaderas. Me contaba de cómo me impresionaría ver la forma en que las aves preferían ciertos lugares para vivir, entre ellos el chupaflor (Chél) y el chupe granatela, especies según parece oriundas de Tikal, al ver mi extrañeza ante esto nombres desconocidos para mí, le apunté que me los nombrara científicamente por si podía localizarlos. No sin cierta burlona sonrisa me disculpó por no conocerlos ya que eran nombres locales y otros mayas, y estuvimos de acuerdo en la dificultad que implica el reproducir palabras en un idioma que no tiene escritura, y en cuanto a los nombres científicos también tendría dificultad con ellos ya que al ser trabajos de identificaciones recientes existían unas equiparaciones con la nomenclatura de la Nómina de Control de Aves Norteamericanas del año 1957. Pero visto mi interés por conocer las fisonomías de estas raras y maravillosas aves, continuó hablándome de ellas al mismo tiempo que lo hacía también de la historia de Tikal. Conocí algunas especies como los colibríes (chupaflores); las charas, especies parecidas a nuestros córvidos; los chipes, llamados chipes gorriones pero que por su descripción nada más lejos de nuestros gorriones, ya que estos chipes, por ejemplo el chipe gorrión azul tiene un peso de trece gramos, y un pico largo, delgado y curvo hacía abajo, el macho completamente azul y la hembra verde claro.
Me habló que siendo la civilización maya una de las primeras en la Mesoamérica antigua y, en muchos aspectos, la más avanzada. Tikal era la más grande y el más antiguo de los centros ceremoniales, y posiblemente urbanos, de los mayas. Me contó la historia de Tikal la cual se remontaba a 600 A.C.; que en la actualidad es el centro de un parque nacional de 576 Km., que es el primero de su clase en la América Central.
Me describía la maravillosa pajarera de Tikal, me nombraba a las tangaras; los quiquitres, el ruiz azuk, el ruiz grande; los ruicitos azules, los bolseros; las chorchas, los mosqueritos; las auroras; los psitácidos; palomas desconocidas en el Viejo Continente; la reinita amarilla, la señorita, y otras maravillas que pueblan Tikal.
Toda esta conversación la teníamos dentro de un marco maravilloso, como es el parque de Málaga. Nos despedimos como dos buenos y viejos amigos unidos por una gran afición, las aves, con la promesa de que una vez terminado su trabajo ornitológico, que le llevaba a países asiáticos y de regreso a Guatemala, me ampliaría información sobre todo lo hablado. Buen viaje amigo.
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