jueves, 19 de noviembre de 2009

COTORRA DE LA PATAGONIA MENOR (Cyanoliseus patagonus)




Situada en el continente sudamericano, la Pampa Argentina del Norte es, realmente, una pampa de matorrales, siendo la continuación de la estepa de gramíneas que cubre la región del Gran Chaco. En esta gran zona de pampas, sin árboles, de chile y Argentina encontramos a una bonita cotorra llamada de la Patagonia menor -Cyanoliseus patagonus- de cuarenta a cincuenta centímetros de longitud según a la subespecie que pertenezca, pues, a esta cotorra se le conocen tres subespecies. La coloración del macho es verde, aunque más claro y algo bronceado en las alas, la parte superior de su pecho es de color amarillo verdoso con alguna pincelada de color blanco; su abdomen es amarillo con un gran lunar anaranjado en el centro. Posee un círculo blanco alrededor de sus ojos, y una coloración roja cubre sus muslos. La hembra ni difiere gran cosa de la coloración del macho, aunque es de menor tamaño, y su pico es más corto y ancho.
La cotorra de la Patagonia Menor, es relativamente indiferente al frío y cría en colonias en madrigueras colgadas de los acantilados con pasadizos de más de dos metros de largo; otro psitácido que también anida en agujeros excavados en la superficie de los acantilados es, la cacatúa galerita, cuyo hábitat se encuentra en Australia, sobre esta especie ya hablaré en un trabajo posterior.
La cotorra de la Patagonia, no es que sea un psitácido majestuoso, pero se la puede considerar francamente elegante, con un ropaje excepcional.
Su fortaleza e insensibilidad al frío hace que cuando se visita algún zoológico, ésta sea un habitante permanente al mismo. Al igual que la mayoría de las cotorras, es muy inteligente, habladora y está bien dotada para la mímica, siendo además juguetona y traviesa tratando de exagerar sus cualidades cuando se sabe observada.
Los amantes a esta especie de aves nos sentimos preocupados por la persecución a que se ve sometida, y ser difícil su crianza, aunque no imposible siempre cuando sea tratada con el cariño que se merece.
Su puesta es de dos a tres huevos que son incubados por la hembra durante aproximadamente veintiséis días, al cabo de los cuales nacen unos pollos ágiles y despiertos con gran necesidad de picotear, éstos permanecen en el nido alrededor de dos meses. la época de reproducción tiene lugar en su hábitat natural durante los meses de septiembre a diciembre; su alimentación en cautividad esta basada, principalmente, de pipas de girasol, avena, mijo, manzana y algo de forraje.

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