En la jungla de América del Sur, existe una fauna arborícola que evoluciona por las ramas, y a la que a fuerza de lucha y sufrimiento continuo, conquistó la parte alta de los árboles, el extremo superior de la jungla, que es la única parte del revestimiento vegetal expuesta a los rayos solares y a la caricia del viento.
De todos los elementos que pueblan esta fauna arborícola y aérea -aunque no son los principales moradores- las aves, y de entre ellas los loros, no dejan de ser una parte importante de la misma.
Los loros más solicitados son los del género amazona, que a pesar de su nombre, no son oriundos de la cuenca del gran río, viviendo alguno de ellos en las densas selvas desde México a Bolivia.
El protagonista de hoy es el amazónico de frente azul -Amazona aestiva- de treinta y cinco a cuarenta centímetros de longitud; habitante de selvas y zonas pobladas de arbustos en Brasil, Paraguay y Argentina; quizá sea el más conocido y el más comúnmente importado, y puede que su número en cautividad supere incluso a los loros grises.
El frente azul, soporta bien la vida en cautividad y acaba habitualmente por ser un excelente hablador, reteniendo muy buenas frases enteras que asocian con los hechos o movimientos. Cuando aparecen ciscunstancias análogas, tiene lugar la emisión sonora de la frase anteriormente aprendida; no obstante, ésta privilegiada memoria no indica ninguna prueba de inteligencia.
El loro frente azul, tiene una coloración mayoritariamente verde; su frente es de color azul claro; coronilla, mejillas y garganta de color amarillo. La curva del ala es amarilla mezclada con rojo. Sitúa su nido en el hueco de los árboles donde la hembra deposita de dos a cinco huevos que incuba durante aproximadamente un mes; su época de cría, en libertad, está situada entre los meses de octubre a diciembre. Cuando finaliza la época de reproducción se reunen en grandes bandadas y nomadean destruyendo los huertos sobre los que caen, perjudicando de esta forma el esfuerzo de los agricultores y constituyendo un azote difícil de atajar.
Este amazónico no tiene todavía problemas de extinción pese a la destrucción parcial de su biot opo, pues su reproducción en cautividad, a menudo, se considera positiva a partir de su quinto año de vida.
El amazónico de frente azul tiene la desagradable costumbre, como todos los de su género, de chillar en los momentos de excitación.
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