lunes, 11 de enero de 2010

SIDI MOHAMED BEN ABDELLAH Y EL ASEDIO DE MELILLA (continuación)



Día 29 de enero de 1775
Los dos gobernadores y los hombres de mar estuvieron de acuerdo en que los buques fondearan frente a la costa hasta el comienzo del amanecer de este día y, se mostraran para realizar una falsa operación de desembarco para los enemigos, al mismo tiempo que la nave real y la fragata realizaran un bombardeo en dirección a Puntilla.
La primera operación aspira a atraer la atención de los enemigos a esa dirección, mientras que se efectúan dos disparos para consolidar una salida de un guía del fuerte Victoria para encender el fuego y destruir lo que queda de la ocupación; y al mismo tiempo se terminará la voladura de las minas preparadas en el mismo límite desde la noche pasada, o a consecuencia de ella.
Tiempo después cuando los buques se colocaron para el bombardeo ya era tarde, y por consiguiente los moros estuvieron en condiciones de darse cuenta de la operación del guía: por lo cual tuvieron tiempo de distribuir sus fuerzas con destreza sobre las posiciones mencionadas. Por esta causa los gobernadores ordenaron regresar a todos conforme en preservar la explosión de las minas a otro momento y esto es lo que de hecho se hizo.
La tarde de este día se observó a los moros que trasladaban sus cañones a la posición de Puntilla. Durante hoy sus lanzamientos ascendieron a 96 granadas y 32 cañonazos, la fortaleza les respondió con toda potencia, todo esto además del interés por los trabajos mencionados. (73)
(73).- Los moros después de escalar las vallas, que se levantan aproximadamente a dos metros de altura, por medio de escaleras, regresaron a las trincheras.
En una carta desde Málaga con fecha 30 de enero de 1775, se habló acerca de la exaltación de los recursos militares a las fuerzas moras. (A.H.N. 1.312)
Día 30
Desde la pasada noche comenzamos a descargar los artículos necesarios de artillería llegados a bordo de las mencionadas naves, bombas, granadas, grandes cuchillos, espoletas, etc., que vino a bordo de uno de los buques de Ceuta.
Los moros en ese mismo día apuntaron a la derecha de la posición llamada Santiago dos cañones del calibre 7 pulgadas. El bombardeo del enemigo alcanzó a 102 granadas y 54 cañonazos, la fortaleza replicó con fuerza a este bombardeo aumentando en relación con los días precedentes; además de los disparos que dirigió la fragata frente a la costa, mientras realizaba las manobras del desembarco imaginario.
De hecho un número de moros se agitaron en el lugar sin descargar sus armas, no desistiendo la vigilancia de los lugares de Puntilla, los dos gobernadores y los hombres de mar reiteraron su ejecución al alba de ese día.

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