martes, 9 de febrero de 2010

SIDI MOHAMED BEN ABDELLAH Y EL ASEDIO DE MELILLA (continuación)



Día 13 de febrero de 1775
Terminamos la noche preparando el esperado ataque y acabando el rearme protector desde las cuatro de la mañana de este día, y se limitó las misiones e incorporación de cada uno de ellos a su lugar correspondiente, alternando las ordenes de movimientos y trabajos debido a la ambigüedad del tiempo del esperado ataque. Y como este ataque no se esperaba aún, se decidió a las once horas el regreso de los soldados a sus lugares de descanso, confiados por la situación tranquila que predominaba en el campamento moro y, nosotros seguimos con los trabajos como de costumbre.
Los moros han empleado madera del bosque que recogieron ayer por la noche para formar una batería de costa, y la han dispuesto a la derecha de su posición y a una distancia de 45,41 metros; durante este día, han arrojado sobre la fortaleza 17 granadas a las cuales la fortaleza respondió moderadamente. (90)
(90).- Acerca de las realizaciones del previsto avance en la carta de Melilla fechada el 13 de febrero de 1775.
Señor: Nos disponemos a rechazar el ataque que los moros tienen preparado para llevar a cabo desde hace tiempo; concretamente entre el día 10 y la fecha de hoy, nosotros esperamos que sea dentro de dos días, para lo cual hemos preparado la colocación de 13 minas en la pendiente a una distancia que se extiende desde la posición de Rosario al baluarte de san Miguel; además de 72 bombas que se han colocado en diferentes puntos de la misma pendiente, en zanjas y en una parte del camino defendido.
Con estos preparativos y lo que preparamos de alambre de púas, estrellas de hierro con púas; todo esto colocado en los bordes de las trincheras y otros puestos me parecen que se van a enfrentar a un fuego muy fuerte por nuestra parte, exponiéndose a sufrir grandes pérdidas y retrocederán sin ningún orden, y sin que tengamos necesidad de utilizar las 27 minas que están situadas y listas para su utilización en caso de necesidad.
Observamos que desde ayer los moros estaban ocupados en el traslado de una batería de costa a una nueva posición al lado derecho, alejada a una distancia de su primera posición de unos 42 metros y, estamos persuadidos que esto lo hacían para ocultarse de las andanadas de los buques de guerra y de que su anterior posición no era la más adecuada para alcanzar a la fortaleza a pesar de que les habían llegado una fuerte artillería.
Melilla, 13 febrero de 1775
Juan Caballero
Día 14
A pesar de que nosotros estuvimos de guardia por lo ocurrido la noche pasada, comprobamos que la situación estaba en calma en el campamento; los enemigos no dispararon sobre nosotros ni con morteros, ni con cañones, puesto que ellos estaban preocupados es restablecer y consolidar sus tiendas en el campamento después de que habían sido destruidas por el mucho y fuerte viento que sopló desde antes de amanecer y que duró a lo largo de todo el día, por lo cual estaba justificada la falta de refugios y la no utilización de la artillería.
Continuamos los trabajos con entusiasmo debido a la escasez de cañonazos. Por ahora el enemigo estaba tranquilo y nosotros esperando el anunciado ataque; aunque los alfaquiris habían decidido su anulación. (91)
(91).- En los diarios, tanto Caballero como Miranda se desmienten lo expuesto sobre el ataque general a Melilla del que se habló en el manuscrito que lleva por nombre "Papeles curiosos" de autor desconocido en el cual éste manifestaba que había observado el ataque moro el cual había sido dirigido por Muley Ali desde la posición de Puntilla contra el fuerte Victoria y, que defendió la vanguardia un ejército compuesto por 5000 judíos y un número semejante de esclavos del Sultán que deseaban su emancipación.
(El libro 46 pág. 9 y 10 B.N.M. número 10928).
Día 15
El violento viento predominante, duró todo el día de ayer, dando lugar a la detención del fragor de los cañones y los morteros del enemigo; observándose que se retiraron a los bosques pata reunirse. (92)
En cuanto a la fortaleza que había respondido lentamente a los ataques, puso su atención en otra dirección con entusiasmo.
(92).- Una fuerte racha de viento fue la causa de la caída de un número de tiendas del campamento moro. Debido a este evento se vio interrumpido la operación de su bombardeo y la explosión de algunas granadas de morteros.

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