La tarabilla común -Saxicola torquata- pertenece a la familia de los túrdidos, buenos cantores. Tiene una longitud de trece centímetros y el macho posee una bonita coloración que podemos apreciar en todo su esplendor cuando lo vemos posado erguidamente en las ramas al borde de las carreteras. Sus características son. cabeza negra, que contrasta con los blancos laterales del cuello, el pecho rojizo, y la rabadilla blanca.
Esta especie es muy abundante, encontrándose poblaciones de ella desde el nivel del mar a los dos mil metros de altitud, en zonas montañosas. Consume grandes y variadas cantidades de insectos, debido quizá a las dos nidadas que suele efectuar cada año, ya que el aporte de materiales alimenticios de origen animal durante las cebas de las crías es muy considerable; podemos considerar a la tarabilla como ave modesta que fuera de la época de cría se contenta con la hierba de los pastos. En ella encuentra bastantes insectos para satisfacer sus necesidades y suficiente espacio para sus evoluciones y su reproducción.
La época de cría da comienzo en el sur a principio de marzo, el macho hace resonar una monótona cancioncilla incesantemente durante todo el día siempre desde el mismo posadero; el canto de la tarabilla común lo emite desde un arbusto o en vuelo de canto, Éste es corto y con gorjeos teniendo gran parecido al del Acentor común. Su nido lo construye en el suelo al pie de un grupo de arbustos, de esto nos damos cuenta observando que el macho no se mueve de donde está cantando sin dejar de observar los alrededores.
En ocasiones para comprobar la situación del nido, cuando he hecho intención de acercarme a la zona el macho de tarabilla anunciaba mi presencia a la hembra con un grito especial, saliendo ambos muy excitados a mi encuentro tratando de distraerme mediante pintorescas actitudes -algo exageradas- que no tenían ningún otro sentido que equivocarme donde estaba la situación del nido. la hembra generalmente pone en cada nidada de cuatro a ocho huevos de figura subelíptica lisos y algo brillantes, que son incubados por ella sola.
Este túrdido no está en vías de extinción, aunque su disminución en algunas zonas pueda parecer lo contrario; no obstante sabemos que desde la posesión de inventarios de las aves algo más del centanar de especies se han extinguidos definitivamente de la Tierra; naturalmente y en un porcentaje algo elevado el causante de estas pérdidas no es otro que el ser humano.
Me extendería mucho si explicara causas e intervenciones del hombre en estas pérdidas, cierto es que en el continente europeo no se ha llegado aún a la total extinción de tal o cual especie, pero no es menos cierto que algunas de ellas estuvieron muy cerca de esa extinción.En los último 25 años algunas especies antaño numerosas han desaparecido casi del todo, estando otras poblaciones de aves en un claro retroceso.
Es muy loable el tesón y la lucha constante de los proteccionistas de la Naturaleza, que con gran esfuerzo y desinterés consiguen, a veces, detener el avance de la degradación que sufre el medio ambiente. Se lucha por lograr la colaboración y la acción de muchas personas y, no lo olvidemos, el cambio de actitud de muchas otras. Todas los educadores -en la familia,en la profesión o en los ratos de ocio- tienen en sus manos llevar a cabo una contribución valiosísima de protección a las aves, cuyos efectos durarían una vida o incluso varias generaciones.
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