miércoles, 21 de julio de 2010

EL CRÍALO (Clamator glandarius)



Pertenece este pájaro -de tamaño intermedio entre la urraca y el cuco- al Orden paseriformes, familia cucúlidos; su nombre científico es Clamator glandarius y tiene una longitud de 39 centímetros.
El críalo, procedente del norte y centro de África penetra en la península ibérica -sin llegar a poblar la zona norte- a finales de enero dispuesto a parasitar los nidos de los córvidos, preferentemente los de las urracas.
Este pájaro como su primer nombre científico indica, es vocinglero "clamator" (gritador), inconfundible por su larga cola de color gris oscuro, moteado de blanco.
El blanco que domina su parte inferior se hace amarillento en el cuello y lados de la cabeza. El críalo tiene una forma diferente de parasitar a la usada por el cuco -al cual me referí en un anterior trabajo- ésta tiene la característica de que sólo parasita los nidos de los córvidos, como dije al principio, preferentemente los de las urracas, aunque tampoco desprecia la ocasión de parasitar los de rabilargos, cornejas o cuervos.
Cuando nacen los pollos del críalo -generalmente antes que los de la especie parasitada- estos aveces no los expulsan del nido sino que conviven con los parasitados, ocurriendo entonces que el pollo del críalo al nacer antes y alimentarse con mayor asiduidad, abandona el nido antes que la prole de la pareja parasitada, por cuyo motivo esta última queda en un estado de desarrollo muy atrasado y lamentable; dando lugar la mayoría de las veces a que perezcan de hambre.
Podríamos pensar que este parasitismo pudiera perjudicar, en cierta medida, al buen desarrollo de la avifauna donde tiene su hábitat el críalo, pero fijándonos más en este ave parasitaria, llegamos a la conclusión de que indirectamente está protegiendo, en gran medida, a esa avifauna limítrofe, concretada por los pájaros pequeños mayormente.
Sabemos que la urraca es un frecuente y temible expoliador de nidos -que van desde los pajarillos, hasta los de faisán, pasando por los de perdices y codornices -por lo que el críalo al parasitar los nidos, preferentemente de las urracas, participa en el control expansionista de esta expoliadora especie, ayudando a establecer un equilibrio natural. de ahí que debamos considerar al críalo un protector -en cierta medida- de la avifauna.
La hembra del críalo puede poner hasta 16 huevos en una temporada, la figura de éstos van desde elípticos a subelíticos, y cuando parasitan a la urraca, sus huevos son bien imitados por los del críalo. Existen cucúlidos que no parasitan sino que construyen sus propios nidos, son los cucales, como el cuco senegalés.
La dieta básica del críalo son los grandes insectos; saltamontes y libélulas.

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