LA REBELDÍA RIFEÑA (continuación)

- Por parte española, su primer objetivo era, el éxito de la operación del desembarco de sus fuerzas en las costas rifeñas, considerando que esto abriría el espacio para que las fuerzas españolas penetraran en el interior y tener la posibilidad de acabar con "el corazón palpitante" de la resistencia del Rif entonces (sus objetivos eran las cabilas de : Beni Urriaguel, Tamsamam y Beni Tuzin). Los españoles no tenían ninguna preparación para aplicar rápidamente el ambicioso proyecto, debido a los graves errores tácticos que cometió el mando militar en el año 1921, los cuales todavía estaban presentes en sus mentes.

Sin embargo ellos no tenían, en realidad, gran confianza en los franceses, debido a los numerosos problemas a que se enfrentaron en Marruecos desde el acuerdo de 1912.

- En la zona francesa, se tuvo conocimiento de la debilidad de la realidad a finales de junio de 1925 (la llegada de Petain a Marruecos), y el 24 de septiembre (fecha de la dimisión de Lyautey del cargo de Alto Comisario), y de una intensa lucha entre líderes de tendencias contemporáneas contra el jefe del mando político y militar francés, en lo que respecta a una dispersión natural de las operaciones militares que habían decidido aplicar a finales del mes de septiembre de 1925.

Por parte del mariscal Petain en el cual prevalecía la necesidad de la concentración para lanzar ataques al norte de Taza, propuso la unión de las fuerzas francesas con las españolas ante la llegada del invierno en lugares estratégicos determinados, constituyendo las adecuadas fuerzas para poner en marcha las operaciones ordenadas entre las dos partes contra las cabilas del Rif que eran consideradas un instrumento efectivo y el motor fundamental para el movimiento de la Resistencia.

Mientras Lyautey y su sustituto en el mando, vieron que se debía hacer cualquier esfuerzo en la zona oriental, para consolidar a los aliados locales de Francia: el noble Darkaui (Beni Zerual); Aomar Ahmadu (Marnisa) y el caid Mahbuh (Gazauia), de regreso a sus cabilas. Es digno de mencionar, que las tres personalidades se habían visto obligadas, después del estallido de la guerra francesa-rifeña en abril de 1925, a buscar refugio en Fes, después que las cabilas se unieron a las filas de la Resistencia.

El mariscal Lyautey consideraba que la incorporación de los tres líderes a sus cabilas, constituía un importante trabajo sicológico para el restablecimiento de la confianza de las cabilas en las autoridades francesas, y es posible tener de nuevo confianza en ellos para combatir a Mohamed ben Abdelkrim lanzando ataques directos, por las fuerzas francesas en el interior de la zona española.

Brevemente, existía una intensa lucha dentro de la administración francesa, entre las llamadas soluciones políticas y por etapas y las llamadas soluciones radicales; militar y completa, pero a pesar del éxito de la segunda solución después de dimitir Lyautey, la parte española no era muy entusiasta para aplicar el plan francés. Esta situación del empuje de las fuerzas francesas, que habían llegado a su anterior situación después de la ejecución de sus operaciones ofensivas al norte de Taza, regresando a decenas de kilómetros hacia Urah; después de la reclamación de las ofensivas contrarias a las resistencias y a la falta de contestación por parte de España a sus reiteradas llamadas. (6)

(6) El mariscal Petain no tomó esta decisión (la retirada) hasta después de haber agotado todos los esfuerzos posibles. Para satisfacción de los mandos españolas. Por necesidad del encuentro de las fuerzas aliadas en la posición anterior y opuestas a otras cabilas leales a Mohamed ben Abdelkrim ante la llegada del invierno. Esta retirada, según confesó el mismo Petain, se efectuó en circunstancias muy difíciles, costándole a las fuerzas francesas la mayor parte de las pérdidas humanas y materiales (7).

(Mirar el informe que preparó Petain. Que precedió a las operaciones militares en el norte de Marruecos y, fechado el 20 de octubre de 1925 -Documentos diplomáticos- París (Quay d´Orsay).