viernes, 27 de agosto de 2010

EL ABEJARUCO COMÚN (Merops apiaster)

Cuando da comienzo la primavera, observamos en nuestro cielo a unas pequeñas bandadas de aves que procedentes de África se extienden por nuestros campos; llama la atención por su vuelo "amariposeado" y un reclamo común constantemente usado, especialmente a coro; son los abejarucos.
El abejaruco común -Merops apiaster- es un voraz insectívoro que se establece en el verano y caza ocasionalmente en los pantanos de Europa. A veces, suben hasta Suecia y Finlandia, aunque sus lugares predilectos son los deltas mediterráneos. También para ellos la cuenca mediterránea tiene más atractivo que los lagos de escocia y zona nórdica.
Sus costumbres se asemejan a las del martín pescador. Tienen unidos los dedos tercero y cuarto de cada pata, y no se sabe muy bien si esta característica morfológica les ayuda a trepar por los árboles o les sirve para sostenerse sobre el agua.
Los abejarucos suelen medir unos veintiocho centímetros, comprendida la cola; persiguen a los insectos sobre todo himenópteros (abejas, avispas) que son el alimento preferido de estas aves , aunque su alimentación es muy ecléctica, pues comprende, entre otros, arañas, pequeños escorpiones, escarabajos y los insectos parásitos de la patata. La captura masiva de abejas por grandes bandadas de abejarucos, cuando se ubican en zonas pobladas de colmenas, causan algunos problemas a los apicultores.
Son hermosos insectívoros, arborícolas durante toda su existencia, salvo en los periodos de reproducción, que pasan oculto en una madriguera que ellos mismos excavan; ésta tiene una longitud de hasta tres metros excavados horizontalmente permitiendo de esta forma la visión del exterior a quien ocupe la cámara en la cual deposita la hembra de cinco a siete huevos; éstos son elípticos, cortos casi redondeados, lisos y brillantes de color blanco. Para la ubicación de este nido exigen lugares que tengan cerca posaderos disponibles, como postes o cables e telégrafos desde los que capturan a los insectos.
La posesión de un insólito plumaje en el que se combina el azul turquesa del vientre, la garganta amarilla, los tonos marrones del dorso que dan paso al dorado de los hombros, hacen que sean denominados por algunas tribus africanas como "flores voladoras". Aunque oficialmente se sigue dando el paso del estrecho de Gibraltar como "paso de las aves" entre ellas las insectívoras y, de hecho así es, no hay que olvidar la importancia que tiene para multitud de especies la travesía por la isla de Alborán, como punto de referencia, hacia el cabo de Tres Forcas, continuando después a la ciudad de Melilla, para luego distribuirse por todo el norte marroquí. Hecho éste que después de muchos años de observación tanto a la venida de las aves como al regreso allá por el mes de octubre, manifesté en varias ocasiones a algunos centros oficiales ornitológicos de nuestro país.

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