martes, 5 de octubre de 2010

LA TARABILLA NORTEÑA (Saxicola rubetra)



Aunque oficialmente cuando se habla de migraciones quedan expuestos como pasos "oficiales" de las aves, el Estrecho de Gibraltar, Sur de Italia y Estrecho de los Dardanelos, continuando por el Oriente Próximo hasta África. Estuve muchos años observando -y en cierta ocasión se lo hice saber a un delegado de ICONA, que con ocasión de unas conferencias sobre las islas Chafarinas tuvo lugar hace unos años en la Casa de la Cultura - que Melilla era un punto estratégico, en línea con la isla de Alborán y las costas de Málaga, Granada y Almería, para el paso de multitud de especies insectívoras hacia el África Tropical.
Los días de paso es una gozada, primero oír y después detenidamente observar la cantidad de especies que una vez llegadas a las costas de Melilla, permanecen en la ciudad -sobre todo en los árboles de la Plaza de España, así como en el parque Hernández- a los pocos días continúan la mayoría de ellas su camino hacia todo el norte marroquí e incluso a lejanas tierras africanas.
Sería interminable la lista de pájaros que pasan por la zona de Melilla como punto de llegada después de un largo viaje.
En esta ocasión me voy a referir a una de ellas: la tarabilla norteña -Saxicola rubetra- perteneciente a la familia de los muciscápidos que procedente del norte y centro de Europa, inverna en el África tropical.
Es un ave estival en Europa, que habita regiones bastantes húmedas y gusta -en especial-de las praderas naturales de los valles de montañas. Como posadero utiliza todo tipo de plantas, desde pequeñas umbelíferas a los tiesos majuelos, las estacas y alambradas de las cercas. La tarabilla norteña, como su nombre indica, solamente puebla algunos puntos de la cornisa Cantábrica, pirineos y la Cataluña húmeda.
El canto no es llamativo pero el macho lo recita con ardor desde una rama vertical, bastando con un tallo de césped para sostener su liviano peso.
La hembra construye el nido dentro de la más espesa vegetación del suelo, pero nunca visible desde lo alto. esta circunstancia no escapa a la depredación de los saqueadores de nidos, como las urracas y cornejas.
Es un buen insectívoro, que consume moscas, polillas, escarabajos, pequeños moluscos y arácnidos, principalmente. Aunque superficialmente es parecida a la tarabilla común, ésta carece de la barbilla oscura y tiene la ceja clara, características que me han valido durante mis observaciones para distinguirlas con claridad. Además de su esbeltez y elegancia, que su rollizo pariente no posee. Aunque se suele posar al descubierto sobre matas bajas, también las he observado en grandes árboles.
Tiene una longitud de trece centímetros. las partes superiores, con listas oscuras; posee una franja blanca a través del ala; una lista superciliar blancuzca, prominente, unos auriculares oscuros y unas bigoteras blancas o color crema; su cola es oscura, con manchas triangulares blancas a los lados de la base.

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