De las cinco especies de alcaudones que crían en Europa, sólo una de ellas es residente todo el año: el alcaudón real. las otras cuatro pasan el invierno en el África Tropical.
La foto de la imagen corresponde al alcaudón común -Lanius senator-.
Los alcaudones son aves que imponen el terror, aunque no podemos catalogarlas como "piratas del aire", "carniceras" del estilo de las rapaces locales como pueden ser los ratoneros o los halcones gerifaltes, que solamente eran dignos de reyes, en la Edad Media y que se solían ofrecer en prueba de amistad. No, los alcaudones son simplemente, audaces e intrépidos, que se hacen temer por el resto de los animales.
Estas aves alcanzan una longitud comprendida entre veinte y veinticinco centímetros, están conformadas para la caza: cabeza y patas poderosas, cuello muy musculoso, robustas alas, cortas, capaces de frenar en un instante el picado más veloz. Cuando persigue una presa, el alcaudón la mata a picotazos y va a rematarla a tierra, ensartándola en una espina o en una rama quebrada. Es frecuente descubrir cadáveres de gorriones o bisbitas, de grandes insectos, de roedores o de batracios enganchados en los espinos. Durante todo el año se puede observar la figura vigilante del alcaudón real oteando el terreno desde los cables eléctricos, o las puntas de las ramas.
Hoy día se sabe que el alcaudón no mata por placer, sino que lo hace para poder acumular reservas. Su espinar siempre está situado a la sombra para asegurar una mejor conservación, y al que vuelve regularmente para abastecerse de sus víctimas.
Aseguran que los han visto atacar, en grupo, a un roedor como el hamster, lograr su objetivo y repartirse la presa.
Hoy día cuando llega la época de paso de los alcaudones comunes de África a Europa, son muy escasos los que se observan, ya que su presencia a disminuido enormemente en la España húmeda, donde frecuentaba los huertos, manzanales y arboledas entre prados y jardines.
Los motivos, pueden ser muchos y variados, pero el principal de ellos ha sido la caza indiscriminada de que ha sido objeto este pájaro, debido a su costumbre de posarse erguido en puntos sobresalientes y su inmovilidad mientras otea el entorno buscando sus presas, han hecho de este ave un blanco perfecto. Casi todos los alcaudones construyen su nido en forma de taza voluminosa de raíces y pedazos de plantas herbáceas, tapizando su interior con plumas, lanas y pelo. Generalmente efectúan una nidada, exceptuando al alcaudón común que ocasionalmente suele efectuar dos.
El alcaudón real, que es el mayor de todas las especies, es muy agresivo y tiene la distribución más amplia de todos ellos y tolera estoicamente una variada gama de temperaturas y hábitat, quizá por esto es el que más pájaros incluye en su dieta, principalmente en invierno cuando las presas escasean. En la caprichosa corte de Francia, cuna de las costumbres más refinadas, el rey y su séquito ejercitaban sus habilidades cetreras con alcaudones reales amaestrados, a los que lanzaban contra los gorriones del jardín de las Tullerías. Aquél espectáculo fastuoso, compitiendo la nobleza en belleza y lujo, era testigo de la persecución encarnizada y hábil del pequeño alcaudón, evolucionando entre las plantas ornamentales en pos de su aterrorizada presa.
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