miércoles, 24 de noviembre de 2010

MUHAMMAD (la paz y las bendiciones sean con Él)



LA BODA



El trabajo principal de los habitantes de Meca era el comercio.
Los hombres se desplazaban al norte para el comercio. Las mujeres que poseían riquezas, tenían gentes que comerciaban para ellas; una de estas mujeres era Jadiya hija de Kuwalid.
El joven Muhammad -la paz y las bendiciones sean con Él-, cada año acudía al gran mercado de Ukad, en el cual se reunían árabes procedentes de toda la Península, al igual que lo hacían muchos extranjeros, entre ellos, persas e hindúes; allí existían un movimiento comercial y de ideas religiosas y culturales. Era un batiburrillo de enfrentamientos, los poetas se enfrentaban en sus debates, los adivinos expresaban su sentencias, los campeones deportivos competían entre ellos y como colofón las gentes participaban en lo que se llamaba "Guerra de libertinaje"; parece ser que esto dio lugar a un enfrentamiento entre los mecanos y los beduinos Hawazin.
En este ambiente pasó Muhammad -la paz y las bendiciones sean con Él- su juventud, recorriendo las grandes rutas de las caravanas del incienso hasta que él mismo se convirtió en uno de los conductores de caravanas.
Jadiya parece ser que era una prima lejana suya, hija de Kuwalid, del clan asad de los qurays de Meca, viuda del rico Utayiq. Debido a esto, hubo un acuerdo con Jadiya para salir a comerciar para ella en el norte; Jadiya envió a su joven esclavo Maisara para que le acompañara.
Cuando regresó de este viaje comercial el joven esclavo Maisara le contó a ella por petición del Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él-,que deseaba hacerla su esposa por su virtud y su carácter y de que le dijera que su familia pediría su mano; ella había rechazado la solicitud de muchos nobles ricos quraixies.
Su tío Hamza le pidió la mano a ella para él, y Abu Taleb pronunció un discurso y se efectuó esta afortunada boda.
Jadiya fue la primera esposa del Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él-; ella tenía cuarenta años y él veinticinco.
De aquella unión nacieron cuatro hijos: Abdellah, Al Qasim, Al Thair y Al Tayyb, los cuales fallecieron durante la infancia; y cuatro hijas: Zainab, Rukayya, Umm Kultum, y la más conocida de toda, Fátima. Parece ser que Jadiya y su esposo adoptaron también un niño esclavo, Zayd ben Haritha, al que liberaron y educaron como a un hijo.

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