SU MISIÓN Y SU LLAMADA A LA VENERADA MECA.
LA MISIÓN PROFÉTICA.
Cuando el Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él- había cumplido cuarenta años, el mundo y en especial la península arábiga, se encontraban sumergidos en un mar de ignorancia, ateísmo, idolatría; el ser humano se encontraba al borde del infierno.
Muhammad -la paz y las bendiciones sean con Él-, huyó espantado de todo esto, y se alejó de todo aquello en que se encontraba inmerso la juventud de Meca en asuntos de libertinaje, prostitución, la bebida y todas las demás costumbres; es cierto que no todos compartían esta situación, algunos buscaban un camino a la íntima y pura religiosidad e intentaban oponerse a este caos imperante entre las cuales también vivían la jerarquía comerciante. A estas buenas personas se las llamaba, hunafa cuyo singular es hanif, que podemos traducirlo como pureza o el más puro, ellos se consideraban como discípulos del verdadero monoteísmo del patriarca Abraham.
Dios, hizo que el Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él- amara la soledad, y se retirara al monte Abu Qubays y hasta pasó todo un mes en una cueva del monte Hira, según la costumbre de los devotos de esa época, esta cueva se llama actualmente Jabal An Nur -el Monte de la Luz-, Él permanecía en esta cueva muchas noches, se refugiaba para poder meditar sobre esta realidad, sus cosas y sus asuntos.
El lunes 18 del mes de Ramadan del año 612, según la historia, se le apareció Gabriel.
Gabriel, le dijo: ¡Lee!
Muhammad -la paz y las bendiciones sean con Él-, contestó: No se leer (porque el no sabía ni leer ni escribir).
Esto se lo repitió por tres veces, después le dijo: Lee en el nombre de tu Señor que ha creado.
Ha creado al hombre de un coagulo.
Lee que tu Señor es el más generoso.
Él que enseñó por medio del cálamo.
enseñó al hombre lo que no sabía.
El Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él, regresó de la cueva de Hira a su casa e informó a su esposa Jadiya -Dios le conceda Su favor-de lo que le había ocurrido.
Y dijo el Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él-: "Temo por mi juicio" y le calmó ella diciéndole: ¡Alégrate! Al contrario, no te averguences nunca de Dios.
De nuevo se le apareció Gabriel y le confirmó la noticia de que Él era el Profeta de Dios verdadera y sinceramente, después volvió a Jadiya -Dios le conceda su favor- y dijo: me arropé, me arropé.
¡Oh tú que te arropas!
Al comienzo de la Revelación, pasó un tiempo sin que descendiera nada. Un día mientras caminaba, el Profeta, que Dios le dé Su gracia y paz, oyó una voz desde lo alto y al alzar su cabeza encontró a Gabriel sentado antre el cielo y la tierra y una vez más corrió hacia su casa sobrecogido y en estado de temor y excitación, volvió a pedir a Jadiya que lo tapara, y entonces descendieron estas aleyas.
¡Levántate y advierte!
Y a tu Señor engrandece.
Y tu vestido purificado.
(Purifica tus obras, tu corazón, tu alma, tu cuerpo, tu familia, tu adoración...
Éste fue el primer comienzo a su llamada, en secreto, entre sus íntimos. El primero de ellos fueron sus amigos Abdellah ben Abi y Abu Bakar, Dios les conceda su favor.
El primero de los jóvenes que creyó en Él fue el estudiante Ali ben Abi ¡Dios le honre!
Ali no adoraba a los ídolos, ni se arrodillaba delante de ellos, ni doblaba su rostro, y se dice siempre que se pronuncia su nombre, Ali: Dios le conceda su favor, y le honre. El Altísimo le eligió y le distinguió de todos los demás.
Asimismo, también le creyó Zaid ben Hazara y el Profeta -la paz y las bendiciones sean con Él-adoptó a Zaid ben Mohamed.
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