miércoles, 19 de enero de 2011

EL CUCO (Cuculus canorus) 2ª parte




Se conocen más de ciento veinte especies donde el cuco parasita sus crías, de las cuales veinte de ellas se pueden considerar como básicas para este parasitismo, entre ella; colirrojos, lavanderas, bisbitas arbóreos, carriceros y collabas.

Otra curiosidad de esta especie es: que la hembra del cuco pone el huevo en el nido de la especie donde ella se crió, a veces ocurre que un mismo nido tiene dos huevos de cucos, pero estos pertenecen a dos hembras diferentes.

La hembra para depositar su huevo en el nido del huésped emplea las artimañas de un refinado contrabandista; en primer lugar la hembra descubre el nido y observa a los propietarios, y en un momento de distracción pone su huevo, o bien cuando no puede distraerlos, se encarga de desviarlos del nido haciéndose ver, ya que cuando la hembra del cuco aparece, es perseguida y hostigada por todos los pequeños pájaros, así que esta una vez que consigue que la persigan abandonando el nido, da un rodeo y coloca su huevo en el nido deseado.

Otras veces para ser más rápida pone su huevo en el suelo y con el pico lo deposita en el nido escogido de antemano. Podría pensarse que al ser el cuco del tamaño de una paloma sus huevos serían del tamaño de los de esta, por poner un ejemplo, pero no ocurre esto ya que los huevos del cuco son sorprendentemente pequeños para su tamaño, para dar una idea diré que son como el huevo del gorrión, pero estos huevos del cuco a veces tienen el mismo mimetismo -sorprendentemente- que el de las parejas que va a parasitar.

Otra de las tres especies que crían en Europa y, tienen la facultad de parasitar, es el críalo que pertenece al igual que las otras ciento veinticinco especies de cucúlidos, al orden de las cuculiformes.

El críalo cuando procedente de sus cuarteles de invierno situados en el África Tropical, se dirige a Europa para parasitar preferentemente los nidos de las urracas, se sitúan multitud de ellos en los límites de África del norte, y desde allí durante los primeros días del mes de enero comienzan las primeras avanzadillas a cruzar hacia el sur de Andalucía. Como su primer nombre científico indica, es vocinglero "Clamator glandarius" -gritador- inconfundible por su larga cola de color gris oscuro, moteado de blanco.
El blanco que domina su parte inferior se hace amarillento en el cuello y lados de la cabeza. El críalo tiene una forma diferente de parasitar a la usada por el cuco, pues mientras éste parasita a aves pequeñas, el críalo pone sus huevos en nidos de córvidos especialmente urracas. Como sabemos el cuco pone un huevo en el nido del huésped, pero el críalo puede poner varios en el mismo nido; los polluelos del críalo no acostumbran a expulsar a los huevos o a las crías del huésped sino que se crían con esos mismos polluelos.
Cuando nacen los pollos del críalo -generalmente antes de los de la especie parasitada- estos a veces no los expulsan del nido sino que conviven con los parsitados, ocurriendo entonces que el pollo del críalo al nacer antes y alimentarse con mayor asiduidad abandona el nido antes que la prole hospedadora, por cuyo motivo esta última queda en un estado de desarrollo muy retrasado y lamentable, dando lugar la mayoría de las veces a que perezcan de hambre
Podríamos pensar que este parasitismo pudiera perjudicar, en cierta medida, al buen desarrollo de la avifauna donde se sitúa el críalo para parasitar, pero fijándonos más en esta ave parasitaria llegamos a la conclusión de que indirectamente está protegiendo -en gran medida- a la avifauna limítrofe concretada en los pájaros pequeños.
Sabemos que la urraca es un frecuente y temible expoliador de nidos -que van desde los pajarillos, hasta los faisanes, pasando por los de perdices y codornices-, por lo que el críalo al parasitar los nidos -preferentemente los de las urracas participa en el control expansionista de esta temible expoliadora especie; ayudando a la Naturaleza a estableces un equilibrio natural, de ahí que debamos considerar al críalo, como un protector -en cierta medida- de la avifauna.
La hembra del críalo puede poner hasta dieciséis huevos en una temporada, la figura de estos van desde elípticos a subelípticos y cuando parasitan a la urraca, sus huevos son bine imitados por los del críalo.
Existen cucúlidos que no parasitan sino que construyen sus propios nidos, son los cucales, como el cuco senegalés.
La dieta básica del críalo son los grandes insectos, saltamontes y libélulas.

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