Los acentores, pertenecen a la familia de los prunélidos que abarca doce especies de las que dos de ellas crían en Europa: acentor común y acentor alpino.
Son aves pequeñas de plumaje pardo y gris, no son dimórficas, lo que se presta a confundir el macho con la hembra y viceversa.
El acentor común -Prunela modularis- es un ave de catorce centímetros cuyo color es pardo y gris muy liso, con pico delgado, cabeza gris con auriculares y píleo pardo; las partes superiores son pardo fuerte, listadas de negro; las inferiores grises con alguna lista en los flancos.
De todas las aves que viven en el matorral, ésta es una de las que menos llaman la atención, tanto por su apagado colorido como por la facilidad que tiene para escurrirse entre los arbustos; es el ejemplo del "pájaro pequeño pardo", a menudo es confundido, por el observador menos experimentado, con la hembra del gorrión común, pero cuando se mira con más detenimiento nos damos cuenta que su pico es delgado.
Se alimenta principalmente en el suelo, siempre cerca de los refugios, volviendo las hojas marchitas y buscando escarabajos, orugas, gusanos y arañas.
En el siglo XIX el acentor era un pájaro de bosques montañosos espesos y húmedos, encontrándose su hábitat permanente en el Este de Europa, posteriormente fue colonizando la zona Central y Occidental, y además hoy día ha colonizado parques y jardines con matorrales, donde gusta pasar desapercibido entre la vegetación del suelo y la espesa malesa.
Sólo en macho cuando se pone a cantar encima de un matojo, nos permite observarlo a conciencia, recordándonos su melancólica cantinela al chochín.
En la época de invernada, cuando tenemos la suerte de observarlos en nuestros parques y algunos jardines, su actitud al pasear resulta muy peculiar; da la impresión de que arrastra el cuerpo dispuesto en horizontal, como consecuencia de llevar las patas muy replegadas. El nido del acentor común es inconfundible ya que está construido con musgo, entrelazado con algunos pelos y plumas; lo sitúa en el suelo entre la vegetación o a un metro de altura, dentro de la maleza; se da el caso de que a veces lo sitúa tan poco escondido que llama la atención incluso a los pasdeantes, este hecho les hace perder la primera nidada al carecer generalmente de la protección que les brinda la vegetación del suelo. Otra de las causas por las cuales pierden las primeras crías, dado que la puesta tiene lugar en abril (en tierras frías donde en esa época escasea el alimento para los depredadores) éstos encuentran fácilmente los nidos de los acentores y los destruyen, esta facilidad también hay que achacarla a que al contrario de los pájaros que crían en el suelo -cuyos huevos están moteados para poderlos camuflar- los huevos de los acentores son de color azul brillante sin manchas. Este hecho ha puesto un interrogante en los zoólogos, ya que esto se preguntan porqué estos huevos no poseen camuflaje.
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