martes, 15 de marzo de 2011

ARAO COMÚN (Uria aalge)




Perteneciente al orden caradriforme, los araos se agrupan en una familia de aves marinas pobre en especies llamada álcidas. La especie más pequeña perteneciente a esta familia es el mérgulo marino, del tamaño de un estornino y con un peso de cien gramos; y la especie mayor es el arao común -Uria aalge- de cuarenta y dos centímetros de longitud.
No existe ningún álcido que nidifique tan al sur como el arao común, éste lo hace en la costa Atlántica de la península ibérica, exactamente en islotes y en la costa gallega, es cierto, que los que anidan en estas costas las colonias nidificantes están sometidas a grandes peligros debido a las mareas negras.
En el siglo XIX por causa de la recolección de sus huevos con fines culinarios quedaron muy diezmados, después debido a la protección de que han sido objeto, la población de araos comunes se ha recuperado y hoy día existen miles de parejas reproductoras.
Aunque este álcido es capturado por el hombre con fines gastronómicos no existe tanto peligro para su población como cuando sus nidos eran saqueados.
Sabemos que en los acantilados de las aves marinas existe un orden posicional de cada especie, con arreglo a su forma de vida, en este orden, los araos comunes ocupan el nivel medio, encontrándose debajo de ellos los cormoranes moñudos y los araos aliblancos y por encima los fumareles y los frailecillos.
Las parejas de araos comunes, están muy unidas -de tal manera- que si uno de los componentes de la pareja muere, el otro continúa la incubación y el posterior cuidado de la cría, con la ayuda de aquellas aves no reproductoras que siempre están dispuestas a situarse sobre los huevos que carecen de vigilancia.
En el plumaje nupcial la cabeza, el cuello y las partes superiores son de color pardo chocolate oscuro. El pecho y la parte inferior del cuerpo son de color blanco. Cría en las costas marinas, en cornisas de acantilados y en el punto más alto de grandes rocas, pone sus huevos en el suelo desnudo, efectúan una sola nidada de un huevo, éste es del tamaño del de un ganso.
Los araos nidifican en colonias muy densas, estando los huevos separados unos de otros apenas por veinticinco centímetros. La enorme variación en colores y marcas de los huevos ayuda a que cada una de las aves reconozcan su propio huevo entre muchos. A pesar de estar los huevos al filo de los acantilados y en el suelo desnudo, éstos oscilarán pero no se caerán debido a que son más anchos por un polo.
Los pollos nacen con los ojos abiertos y vestidos con un plumón lanoso de color gris, son alimentados dos o tres veces al día. Durante esta época están muy desamparados, saltan y revolotean por el acantilado hacia abajo y son tan ligeros que a pesar de sus caídas salen casi siempre ilesos. Algunos no tienen tanta suerte y cuando caen entre las grietas de las rocas allí perecen. En épocas pasadas los esquimales que habitaban cerca de las colonias de araos comunes se alimentaban exclusivamente durante el verano con su carne.

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