Algunos criadores comentan las dificultades que encuentran en la cría de este bello astrílgido. Por ello voy a exponer algunas anotaciones referente a su cría en cautividad, comenzando primero con una breve historia del Diamante de Gould.
Se dice, que unos ornitólogos franceses en un viaje efectuado al norte de Australia descubrieron en el año 1883 a estas bellas aves. Cuentan que todos los individuos capturados eran de "cabeza roja". Unos años después el inglés John Gould descubrió que existían con "cabeza negra". Creyó Gould que se trataba de una especie diferente, pero los científicos comprobaron que era una sola y única especie.
Esta comprobación demostró, excepcionalmente, que esta especie de pájaro habita en la naturaleza en dos variedades diferentes, que cohabitan y se cruzan normalmente entre ellas.
En el Diamante de Gould, encontramos a un ave que se presta a una gran variedad de mutaciones, todas ellas para realzar aún más la belleza de los (Erythrura gouldiae) como seles denomina científicamente. Así encontramos mutaciones que afectan a la cabeza como el de "cabeza de naranja", y de estos llevaron al Gould de "cabeza amarilla". Otras mutaciones afectan al pecho, dorso y al conjunto en general de su plumaje, dando a todos ellos un maravilloso mosaico de colores que nos hace deleitarnos con su sola contemplación. En el Gould, se han detectado diferentes particularidades. Algunas de ellas como consecuencia de las mutaciones antes reflejadas y que tienen una acción muy localizada. Otras, las menos, no son hereditarias y provienen de alteraciones endocrinas. De la proliferación de número de Diamantes de Gould -en nuestra ciudad existen varios aficionados a la cría de este exótico- pueden esperarse otras mutaciones, sobre todo si los criadores prestan mucha atención a todo aquello que les parezca anormal. La conservación y obtención de nuevas variedades necesitan un buen conocimiento de la genética y, más concretamente, de la genética de este ave. Para ello si alguno de nuestros criadores observan alguna nueva variedad deben comentarla para que entre los mismo criadores se hable de esta nueva situación.
El Gould es un pájaro sensible al frío , naturalmente siempre que no sea excesivo. El principal problema radica en su aclimatación. Siendo poco menos que imposible obtener ejemplares silvestres -Australia, al igual que le ocurre con la Kakatoe Galerita, tiene totalmente prohibida su exportación- las parejas que se han podido contar son las procedentes de criaderos europeos que hay que mantenerlas con un alto grado de calefacción y humedad ambiental. Otro problema que quizá no tengan en cuenta algunos criadores es el siguiente: al intentar su reproducción en condiciones naturales, existe el problema de la inversión estacional en ambos hemiferios terrestres. Efectivamente, la época natural reproductora del Diamante de Gould va desde el mes de septiembre hasta marzo, coincidiendo con la primavera y verano de su continente de origen y de todo el hemisferio austral. Y esta época coincide en nuestro hemisferio boreal con el otoño y el invierno, con dos factores adversos como son: la temperatura y el número de horas-luz. Todos sabemos que los canarios estimulan la función reproductora debido al aumento de la temperatura ambiental y del número de horas-luz. Pero se ha observado que el comportamiento reproductivo del Gould y otras aves del mismo origen geográfico hace pensar forzosamente que estas especies llevan impreso en sus genes la fecha aproximada que ordena poner en funcionamiento su ciclo reproductor. Y, que independientemente de los factores ambientales externos, la orden hormonal se produce al llegar ese momento. Esta es una de las causas del fracaso al tratar de cambiar las fechas de reproducción a nuestra primavera-verano, en que, lógicamente, las circunstancias ambientales serían ideales. Si aceptamos este hecho, debemos procurar o bien adaptar nuestras condiciones climáticas -a su época de cría septiembre-marzo- ellos, mediante la calefacción por encima de los 30º e iluminación artificial o bien que ellos se adapten a estas condiciones adversas.
Otro problema puede ser, la utilización de la Isabelita del Japón como nodriza, hecho este muy actualizado. Aclaro, el pollo del Gould precisa para su completo desarrollo ser alimentado por sus padres casi un mes después de abandonar el nido, mientras que los Isabelitas con quince días tienen suficiente, lo que da lugar a que al Gould le falte una muy importante fase de su crianza con la consiguiente degeneración de la especie que luego viene a repercutir cuando a estos jóvenes les llega la época de reproducirse.
No construye nidos, pero anida en los huecos de los árboles; en este nido depositan de cuatro a seis huevos -raras veces pone nueve-. La incubación dura entre doce y dieciséis días.
Su hábitat se sitúa junto a los cursos de agua, en zonas abiertas y en sabanas.
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