En el páramo, terreno baldío, es donde la cogujada común suele llevar a cabo -generalmente- su reproducción.
Es un pájaro regordete, de color pardo amarillento y una notoria cresta puntiaguda; la vemos pasearse por el arcén de las autopistas sin preocuparle el bullicio del tráfico.
La cogujada común es un ave típicamente sedentaria. No es arisca y vuela a pocos metros cuando te acercas a ella. Durante el invierno, las parejas siguen juntas, este es un fenómeno bastante excepcional entre las aves canoras de pequeño tamaño. Cuando llega la primavera -en el mes de marzo- la cogujada común dejamos de verlas por las ciudades y van a instalarse en sus lugares acostumbrados: campos en barbecho, los terraplenes del ferrocarril...
Generalmente la cogujada realiza dos puestas entre abril y julio, de tres a cinco huevos, que son incubados durante trece días.
A finales del invierno emite un canto de trino entrecortado. En este canto intercala imitaciones de sonidos que frecuentemente oye a su alrededor, entre los que se encuentran los silbidos del pastor, que llegan a confundir al perro de éste. Cuando los perros se percatan del engaño, no obedecen ni al silbido de la cogujada ni al del pastor, que tiene que inventar otro silbido.
Su nido es modesto pero muy bien escondido, construido con briznas de hierbas, raicillas y hojas, muy rara vez se ven pelos en el nido; a veces el macho le ayuda a instalar este nido hundido en el suelo.
La incubación es llevada por la hembra durante doce o trece días, estos huevos son bastante parecido a los de la alondra, aunque su moteado es de forma más tosca.
Encontramos a esta cogujada en casi toda Europa -por el norte,hasta el sur de Escandinavia-, en Asia central y meridional, y en el norte de África donde muchas veces he parado el coche para contemplarlas.
Su alimentación, principalmente, es de origen vegetal. semillas de cereales y gramíneas silvestres permiten que este aláudido encuentre fácilmente su sustento.
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