domingo, 24 de julio de 2011

CURRUCA CARRASQUEÑA (Sylvia cantillans)




Esta curruca, es menor que la mirlona -doce centímetros de longitud- el macho es de color gris oscuro por arriba, con bordes pardo oscuro en las remeras y, rectrices externas blancas. Por debajo es rojo naranja intenso, con una conspicua bigotera blanca.

Aunque participa con la cabecinegra en la misma área, no hace acopio de los estratos rastreros que esta última recorre, sino que busca los insectos en la parte alta del matorral.

Su hábitat está situado en el maquis, bosques dispersos, matorrales, en los muros de los viejos edificios y en los setos.

Es un visitante estival de la cuenca mediterránea, desde la península Ibérica a Turquía y Siria y desde Marruecos hasta Libia.

Cría en matorrales arbustivos densos, con áreas bajo sombras; también lo hacen en las enredaderas a escasa altura.

El nido es una taza de hierbas secas y partes pelosas de las plantas; su interior está finamente tapizado con pelo, fibra vegetal y otras hierbas más finas.

La época de cría da comienzo a mediados de abril; la hembra deposita en el nido de tres a cuatro huevos; subelípticos, lisos y brillantes; de color blanco o teñido de verdoso.

La incubación es realizada sólo por la hembra, aunque se ha observado que el macho, a veces, colabora en esta misión.

El polluelo nace nidícola y desnudo, su boca es naranja, sin manchas, y las comisuras bucales son blanco amarillenta.

Ustedes, se habrán dado cuenta que muchas veces, hablo del color y de las comisuras de sus bocas. La bocas de algunos polluelos son semáforos vivientes. Quiero decir que estos dibujos y colores tienen una gran importancia para la alimentación de los polluelos. Cada especie lo tienen de diferente dibujos y colores, que hacen incitar a los padres para que regurgiten sus alimentos en sus bocas.

Otros no tienen estos dibujos, pero sin embargo, poseen unas pautas diferentes para que sus padres depositen los alimentos dentro de sus bocas.

Por ejemplo: el vencejo común , cuando regresa al nido llevando en su boca varias bolitas hechas de insectos, sus crías, generalmente la que más hambre tiene, tira con su pico de las plumas existentes debajo del pico de sus padres. Esto hace que los padres lleven a cabo sus cebas en las bocas de sus crías.

Existen infinidades de pautas sobre esta necesaria costumbre.

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