Cuando en mis salidas pesqueras a todo lo largo del Cabo Tres Forcas -Norte de África (Melilla)-, prestaba atención a un pájaro robusto y azul, que en vuelo de celo planeaba sobre nuestras cabezas. Tiene el tamaño de un mirlo; el roquero solitario se siente dueño de estos cantiles desolados, que están batidos continuamente por el viento y las salpicaduras del oleaje. Este roquero caza al acecho, los que crían en estos lugares buscan su alimento también en la costa, hasta donde son arrastrados por el mar pequeños cangrejos, gusanos marinos, caracolillos y crustáceos.
color azul oscuro, más vivo debajo y en la cabeza.
El roquero solitario, de lejos nos parece negro, pero, en realidad, la librea masculina es de un precioso color azul oscuro, más vivo debajo y en la cabeza.La hembra se diferencia por un manto pardo, bien provisto de barras, que le dan en el pecho la forma de un diseño ondulado.
El roquero solitario, es amigo de las rocas y del sol, habitando todos los cortados y paredes de su hábitat.Debo decir que este pájaro es esquivo e insociable, y que permanece todo el año en sus querencias.
Tiene una longitud de veinte centímetros; habita en las rocas de las costas y en las montañas, El nido es una taza grande y laxa de musgo y hierbas; tapizada con raíces y materiales delicados. Su época de cría da comienzo en abril. Generalmente una nidada, a veces dos, de color azul muy pálido, sin marcas. El polluelo nace nidícola y con plumón en la cabeza y parte de la espalda. Aunque tienen la costumbre de posarse al descubierto en lo alto de las rocas, el roquero solitario llama la atención normalmente por su canto. A veces cuesta trabajo verlo por su costumbre de permanecer inmóvil. Cuando está de vigia en su oteadero, observa el vuelo de las mariposas, sobre las que se lanza para darles caza.
A veces les he observado en las zonas de praderas, recorriéndolas a pequeños saltitos, buscando alimento como insectos, lombrices o caracoles, que ávidamente da cuenta de ellos, su dieta la completa con frutos y semillas, sobre todo en otoño e invierno.
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