Con el tamaño aproximado de una gallina, tiene una longitud de sesenta centímetros y, una envergadura alar de aproximadamente ciento diez centímetros.
Es una garza de cuerpo robusto, cuello grueso, patas cortas y su pico es grueso y corto.
El adulto tiene el píleo y el dorso negros; las alas, el obispillo y la cola de color gris, sus partes inferiores blancas. El ojo es rojo y, las patas amarillo pálidas. Cuando llega la época nupcial presenta de dos a cuatro largas plumas ornamentales en la nuca, que si se trata del macho pueden alcanzar cinco centímetros más de longitud que en la hembra.
Con este plumaje nupcial el pico es de color negro, normalmente es de color gris oscuro.
Aunque de hábitos crepusculares, en el transcurso del día, esta ave puede permanecer entre los árboles permitiendo al hombre acercársele: no es tan tímido como el avetoro y también se les ve alimentarse de día.
Con la llegada del crepúsculo el martinete se dirige hacia los terrenos de alimentación que se encuentran situados al descubierto en barrizales o en aguas someras, capturando los peces, anfibios, caracoles e insectos acuáticos. También consume ratones y pajarillos jóvenes.
El martinete se encuentra en América del norte y sur; también en África y en las zonas cálidas de Eurasia. Pasa el invierno en África tropical y Norte de África.
Cría en árboles y arbustos cerca del agua dulce, raramente en los cañaverales; su nido a menudo se encuentra junto a otros ardeidos pequeños y otras aves acuáticas. El nido es una plataforma con una somera depresión de ramitas y carrizos. A menudo el martinete dispone este material radialmente desde el centro del nido. Si usa ramas gruesas lo suele tapizar de material más fino.
Al principio es el macho el que realiza su construcción, después aporta el material y es la hembra la que lo termina de hacer.
Su época de cría va de finales de abril a mayo. Realiza dos nidadas compuestas de tres a cuatro huevos; lisos, no brillantes y de color azul verdoso pálido.
El polluelo nace seminidícola y con plumón.
Las ardeidas durante el verano vuelan a sus territorios de caza, que bien pueden estar a veinte kilómetros de distancia de donde duermen. Cuando cazan lo hacen en silencio en la orilla y a veces caminan lentamente por el agua.
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